Identidad y etinicismo subliminal

¡Vaya temporada que les ha dado con las identidades! Identidades colectivas, esos imaginarios edificados y adornados por los profetas 'descubridores', que son el sustento del orgullo y de prebendas para sus clérigos y para su grey. Sólo hay una identidad, la personal rica, variada y mestiza, que convive con otras identidades individuales, todas iguales en derechos.

Individuo, como sujeto de los derechos fundamentales y ciudadano, como sujeto de los cívicos y políticos, son los fundamentos de la democracia y de la igualdad, sin la cual no hay libertad. Ninguna identidad colectiva: iglesias, pueblos, razas..., ni entidad abstracta: dioses, patrias, lenguas, causas, club... son sujetos de los derechos, que ostentan los individuos. Tratar esto de las identidades colectivas como contenidos serios es dar juego a un etnicismo subliminal, y todo etnicismo es un racismo más o menos edulcorado. Y ya, los que hablan de implantar su identidad-nación como Estado, no pensarán calificarlo de Derecho, democrático... ¿Qué tal suena lo de nacionalcatolicismo, nacionalsindicalismo, nacionalsocialismo...? La cura del etnicismo es el Estado democrático -que reconoce la pluralidad de los ciudadanos-, de Derecho -que los organiza en Igualdad-.