El peligro de la vuelta a las armas
Actualizado: GuardarMohamed Abdalá (40 años) se crió en el campo de refugiados de El Aaiún. Formó parte del primer batallón del Polisario que contó con instrucción militar. Entró en combate en 1984. Tenía 15 años. Vino a España poco después. A pesar de su titulación en biología, trabaja en Jerez como guarda de seguridad. Dice que sufre la permanente sensación de que tendrá que volver de un día para otro. «Lo que está ocurriendo puede ser el principio de mucho, o puede quedarse en nada. Todo dependerá de la reacción de la comunidad internacional, que ahora mismo brilla por su ausencia». «En el exilio -explica- no conviene acumular muchas cosas, atarse demasiado a nada. Quizá mañana tengamos que partir. Ojalá mañana tengamos que partir. Y no sea para coger un arma».