Peregrino a Santiago
La visita del Papa confirma su inquietud por la agenda social y política del Gobierno
Actualizado: GuardarLa visita de Benedicto XVI a Santiago de Compostela y a Barcelona tiene lugar en un período de relaciones nada fluidas entre el Gobierno español y la Iglesia Católica y muestra la atención que el Papa presta a nuestro país, en el que decae la práctica religiosa y donde sin embargo sigue habiendo muchos católicos comprometidos. La agenda política y social que el Ejecutivo de Zapatero ha puesto en marcha estos seis años preocupa de manera especial en Roma. Buena parte de la legislación aprobada en materia de familia refleja lo que el Pontífice llamó ayer antes de aterrizar un «laicismo agresivo», contrario a los valores cristianos que todavía comparten la mayoría de los españoles, bien en forma de creencia o como sustrato cultural. Con demasiada frecuencia el Gobierno enarbola una falsa neutralidad para negar la influencia legítima de las reivindicaciones de los católicos en la esfera pública y lo hace en contra del pluralismo que defiende nuestra Constitución. Ayer, miles de personas se congregaron en la capital de Galicia para aclamar al Papa y escuchar un mensaje con claras referencias a esa reivindicación. Benedicto XVI habló ayer en Santiago de la necesidad de que «Dios vuelva a resonar gozosamente bajo los cielos de Europa» y denunció que se pretenda arrinconarle al ámbito de lo privado y a la penumbra y exhortó a salir a su encuentro «sin miedo». Los Príncipes de Asturias recibieron en nombre del Rey al Pontífice y Don Felipe elogió su figura y su compromiso con la paz y la dignidad humana. El vicepresidente Rubalcaba también acudió a cumplimentarlo, dado que el presidente Zapatero había elegido precisamente el día de ayer para viajar a Afganistán. La figura de Benedicto XVI, anciano y más dado a la docencia desde la cátedra universitaria que a enardecer a grandes muchedumbres, es un ejemplo de coherencia y de trabajo abnegado por unos ideales que comparten más de mil millones de personas en todo el mundo. En especial, este reconocimiento ha de extenderse a su valiente actitud frente a la pederastia y los abusos cometidos dentro de la Iglesia Católica y su decisión firme de enfrentarse a este problema, hacer justicia y prevenir en el futuro comportamientos tan execrables.