Editorial

Inquietante diagnóstico

Los datos del CIS reflejan la censura explícita del Gobierno y las dudas sobre la oposición

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El CIS, con su prestigio mermado por la arbitraria sustitución de su presidenta por decisión de la ya sustituida vicepresidenta Fernández de la Vega, ha dado nuevamente pruebas de falta de reflejos al publicar ayer una encuesta vieja antes de nacer por el vértigo de los últimos acontecimientos políticos. En efecto, en tanto diversos medios de comunicación ya han publicado sondeos para valorar el efecto de la última remodelación gubernamental que se anunció el 20 de octubre, la institución oficial que nos surte de análisis de sociología aplicada nos ha entregado el retrato del país anterior a la crisis gubernamental y posterior a la huelga general. El trabajo de campo se efectuó entre el 4 y el 14 de octubre, y, en términos de intención de voto, la ventaja del PP sobre el PSOE era para entonces de 7,9 puntos; la anterior encuesta del CIS que pulsó la intención de voto de los ciudadanos fue la del pasado mes de julio, cuando el principal partido de la oposición aventajaba en 6,3 puntos a la formación gubernamental en voto estimado. La posición relativa de las fuerzas políticas en el análisis del CIS es la siguiente: El PP gana un punto con respecto al barómetro de julio, hasta el 42,2%, mientras el PSOE pierde un 0,6%, quedándose en el 34,3%. Izquierda Unida recoge en parte el voto que pierden los socialistas y sube 0,8 puntos con respecto a julio, hasta el 6,2%. Y también sube en intención de voto UPyD, que gana 0,3 puntos con respecto a julio y se sitúa en el 4,1%. CiU y ERC, en puertas de las elecciones autonómicas catalanas, caerían un 0,6% cada una, quedándose en el 3,5% y en el 0,8% respectivamente. En cuanto a la labor del Gobierno, un 68,5% lo reprueba y solo el 7,5% lo ve positivo. Con respecto a la oposición, el 55,9% de los encuestados reniegan del PP. Todos los líderes políticos suspenden con menos de 4 puntos sobre 10 (Zapatero obtiene 3,46 y Rajoy 3,42) y, como ya es habitual, el 81,4% de los encuestados tiene poca o ninguna confianza en Zapatero, mientras el 81,5% opina lo mismo de Rajoy. En suma, la ciudadanía reprueba severamente a la clase política, censura explícitamente al Gobierno y duda sobre la capacidad de la oposición. Inquietante diagnóstico para un país en horas bajas.