Webber se pone en manos del ciclista Lance Armstrong
SAO PAULO. Actualizado: GuardarLos pómulos sin grasa de Mark Webber, los carrillos hundidos y su porte estilizado responden a algo más que al propósito de los pilotos de Fórmula 1 de aligerar el peso para ayudar a sus ingenieros. Cuanto más delgados, más posibilidades técnicas para los coches, que siempre deben pesar 620 kilos incluido el conductor. En el caso del australiano que rivaliza en Brasil con Alonso por el título mundial, tiene que ver con Lance Armstrong, el siete veces ganador del Tour.
Webber cuenta como una de sus experiencias personales de mayor calado el día que conoció a Lance Armstrong. El australiano es un gran amante del ciclismo y ha labrado una amistad sólida con el texano de la mirada de hielo. En una reciente entrevista, describía su relación el piloto de Red Bull con una bonita anécdota.
Armstrong le llevó a un paraje secreto en las proximidades de su casa en Austin (Texas). Se trataba de una poza en algo parecido al descenso de barrancos. Llegaron a un risco en una pendiente y el ciclista se lanzó de pie varios metros hacia abajo mientras profería un alarido. E invitó al piloto de Fórmula 1 a imitarle. Webber se tiró al agua fría y gritó igualmente. Cuando ambos estaban chapoteando, Armstrong le explicó el motivo de aquella escena. «A veces me gusta sentir que estoy vivo».
Han pasado los años y Webber conserva el contacto con Armstrong, tanto que ha seguido sus planes de entrenamiento. El método de Armstrong adquirió una gran popularidad. El piloto de Red Bull se ha vuelto más duro desde que se ha entrenado con el ciclista. Éste le ha enseñado a llevar su cuerpo al límite.