El Papa se encontrará a un Gobierno interesado en marcar distancias
El PP arremete contra Zapatero por no asistir a ninguna de las misas que oficiará el Pontífice
Actualizado: GuardarEl Papa Benedicto XVI llega a España en un momento en que las relaciones entre jerarquía católica y el Gobierno son «correctas» y ajenas a la crispación característica de hace unos años, según coinciden ambas partes. Si bien el Vaticano sigue recelando del Ejecutivo socialista, al que considera exponente del laicismo y la «descristianización» que sufre Europa, el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero ha hecho algunos hechos gestos apaciguadores que han contribuido a relajar las tensiones. El embajador de España en la Santa Sede, Francisco Vázquez, socialista y católico confeso, ha abierto las puertas de su residencia de Piazza di Spagna a toda la curia y ha desempeñado su buen hacer para reconciliar al Gabinete del PSOE con el Vaticano. Por añadidura, el secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone, llegó a trabar una relación cordial con la ex vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, a quien Zapatero encomendó la misión de recomponer las relaciones Iglesia-Estado. El sucesor de Fernández de la Vega, Alfredo Pérez Rubalcaba, será quien reciba a Joseph Ratzinger a su llegada a Santiago mañana. El presidente del Gobierno mantendrá un breve encuentro con el Papa el domingo, si bien no acudirá las manifestaciones de carácter religioso, lo que ha desatado las críticas del PP.
Durante la estancia del Papa en Santiago con motivo del Año Jubilar Compostelano, el Papa buscará un hueco en su agenda para entrevistarse por espacio de unos minutos con el presidente del PP, Mariano Rajoy.
El vicepresidente primero del Gobierno y ministro del Interior, Alfredo Perez Rubalcaba, será el miembro del Gobierno encargado de dar la bienvenida al Pontífice cuando aterrice a las 11.30 horas en el aeropuerto de Lavacolla. No obstante, el recibimiento al más alto nivel lo ejercerán los Príncipes de Asturias. El heredero de la Corona saludará al obispo de Roma y pronunciará un discurso antes de que Ratzinger entre en el 'papamóvil' para dirigirse a la catedral de Santiago
«Oración con Obama»
El Vaticano ha preferido pasar de puntillas sobre la ausencia de Rodríguez Zapatero en las misas que oficiará el Papa en la plaza del Obraidoro y la Sagrada Familia. Para no deslucir la visita, el portavoz de la Santa Sede, el jesuita Federico Lombardi, ha dicho que el jefe del Ejecutivo español «no está obligado» a acudir a una ceremonia religiosa si contradice sus convicciones más íntimas. En cambio el PP, no ha desaprovechado la oportunidad para subrayar el desaire que, a su juicio, supone para las creencias de la mayoría de la población española. «No entendemos que Zapatero se fuera a Estados Unidos para hacer una oración con Obama y sea incapaz de asistir a una oración en Barcelona con miles y miles de españoles», adujo el vicesecretario de comunicación del PP, Estaban González Pons, quien exhortó a Zapatero a que reconsidere su actitud.
Con todo, el Gobierno enviará a algunos de sus representantes tanto a la eucaristía de Santiago como a la que tendrá lugar en Barcelona para la consagración de la Sagrada Familia de Barcelona como lugar de culto. Y es que el PSOE ha acabado por aceptar que las 'guerras de religión' no le son política ni electoralmente rentables. La proporción de cristianos declarados que votan al partido socialista no difiere demasiado de la de la sociedad española. Por ello, el ministro de Fomento, José Blanco, acudirá a la misa que Benedicto XVI concelebrará en la plaza del Obradoiro, mientras que el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, hará lo mismo en el templo de la Sagrada Familia.
El presidente del Congreso, José Bono, y al menos una quincena de diputados acudirán a alguno de los actos programados con motivo de la visita papal. A la misa compostelana asistirán el presidente del PP, Mariano Rajoy, y los diputados populares Vicente Martínez Pujalte, José Ignacio Echániz y Eugenio Nasarre, al igual que el eurodiputado Jaime Mayor Oreja.
La Santa Sede insiste en que el segundo de viaje de Ratzinger a España -el primero fue en 2006 con motivo del V Encuentro Mundial de las Familias- tiene un carácter eminentemente pastoral. Pese a su condición de jefe de Estado, Benedicto XVI, dicen en el Vaticano, no esconde una agenda política en su visita a España.
Ello no será óbice para que Benedicto XVI defienda la doctrina de la Iglesia y estime que el matrimonio homosexual o el aborto sean contrarios al «bien común». Con la mejora de la financiación de la Iglesia y el estatus jurídico de los profesores de religión, el Gobierno ha salvado situaciones enquistadas. Por otra parte, como guiño al electorado católico, el Gobierno va a desistir de tramitar la reforma de la ley de Libertad Religiosa, que entrañaba el destierro de los crucifijos y otros símbolos religiosos de las instituciones públicas.