Desinformación marroquí
Actualizado: GuardarFueron inútiles los esfuerzos de la nueva ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, por transmitir ayer una imagen de recíproca cordialidad en la primera rueda de prensa conjunta con su colega marroquí: el jefe de la diplomacia del reino vecino, Taieb Fassi Fihri, aprovechó la oportunidad para hacer «un llamamiento» muy crítico a la prensa española porque tiene una «mala óptica» a la hora de describir la realidad marroquíes. Asimismo, echó en cara a los periodistas españoles «expertos» en la materia no conocer «la verdad» y no estar informados sobre el contexto del conflicto del Sáhara y las resoluciones de la ONU que lo enmarcan. Debería saber el ministro, fiel transcriptor sin duda del pensamiento de Mohamed VI, que en las democracias los medios de comunicación no rinden cuentas a los Ejecutivos de sus informaciones y opiniones. La libertad de expresión les ampara y ningún Gobierno se atrevería a impartirles consignas. Ignorar esta evidencia sugiere que quien padece el lapsus proviene de un contexto autoritario, en el que los medios de comunicación, esclavizados, sí son herramientas políticas. Alguna memoria lejana guardamos aquí de ello.