El espinoso estreno de la canciller
Jiménez aguantó el tipo durante la tensa comparecencia con su homólogo marroquí
MADRID. Actualizado: GuardarUna tradición no escrita señala que cada vez que hay un cambio de ministros de Asuntos Exteriores en España o Marruecos, el canciller más veterano visita al recién llegado. El marroquí Taib Fassi Fihri se desplazó ayer a Madrid para dar la bienvenida a Trinidad Jiménez. La visita, lejos de convertirse en el debut soñado por la flamante jefa de la diplomacia española, se tornó, por momentos, en un mal trago. Y es que su invitado en el Palacio de Viana se dedicó a repartir estopa a la prensa española.
Jiménez, que por momentos se convirtió en convidada de piedra, se limitó a fruncir el ceño en varias ocasiones y a mantener el tipo y el guión de las «excelentes relaciones» entre Marruecos y España. Nada de terrenos pantanosos. Eludió responder a si había solicitado a su homólogo que Marruecos permita a los periodistas españoles visitar el campamento de jaimas, pero tampoco cayó en la trampa de contestar a la pregunta de un periodista de la agencia oficial de noticias marroquí sobre el encarcelamiento en Tinduf de un presunto ex activista que habría criticado la actual política del Frente Polisario.
Entre Jiménez y Fassi Fihri sí pareció surgir la química. Sonrisas en la sesión fotográfica y palabras de reconocimiento mutuo. Los dos ministros se conocían de antes por haber coincidido en algún foro internacional cuando Jiménez era secretaria de Estado de Asuntos Exteriores. Ambos siguieron la rueda de prensa sin auriculares de traducción. Jiménez habla francés y Fassi español, aunque siempre habló en la lengua de Molière, que es lengua oficial de su país. Pero lo más importante fue el gesto del canciller marroquí, quien anunció que el embajador de su país en España llegaría a finales de noviembre o en diciembre tras varios meses de vacío en la legación diplomática en Madrid. Lo que no confirmó es la identidad del representante. Se ha especulado con que el cargo recaería en Ahmed Ould Suilem, un antiguo miembro del Frente Polisario, un nombre que no despierta entusiasmos en el Gobierno de Zapatero porque puede provocar suspicacias en las relaciones de España con los independentistas saharauis, que ven una provocación en ese nombramiento. La reunión también sirvió para anunciar una nueva visita de Alfredo Pérez Rubalcaba al país vecino. Será su primer viaje como vicepresidente primero después de los numerosos como titular de Interior.