¿Tienes problemas? ¡Felicidades!
Actualizado: Guardar¡Qué dura es la vida! ¡Lo que hay que pasar desde que nacemos! ¡No rías tanto que después llorarás! ¡Total, para morirse!... ¿Cuántas veces, desde que empezamos a comprender el lenguaje oímos tales lamentos, junto al «no hagas», «no digas», «no seas», «no te muevas» y «no hay»? Cualquiera puede pensar que hoy estoy de «capa caída» y se refleja en cómo comienzo estas reflexiones. ¡En absoluto! Estoy de estupendo humor y, si bien empiezo cada día agradeciendo mi vida, especialmente hoy aún más. Señala el calendario el 2 de noviembre. Los Fieles Difuntos. Por tradición, nuestro país recuerda a sus difuntos visitando los cementerios, limpiando los nichos y llenándolos de flores. Y, la mayoría, con un ánimo apesadumbrado, por la tristeza que produce el recuerdo de las pérdidas y por la toma de conciencia de que, más pronto o más tarde, allí nos veremos todos. Pues este 2 de noviembre, yo voy a ¡celebrar la vida!, la de mis difuntos, la de mis seres queridos, amigos y conocidos y la propia, ¡el regalo de la vida!, a la vez que retomo mi compromiso de aprovechar y disfrutar plenamente y con responsabilidad de los días que tenga por vivir. Desde que puedo recordar, conozco a muchos de mis parientes ya fallecidos por la costumbre de mi madre de sacar las fotos de todos, colocarlas encima de un mueble y, durante todo este mes, encenderles una velita. Yo no enciendo velas ni llevo flores al cementerio, pero sí recuerdo con todo cariño a todas las personas queridas que ya no están en forma física pero siguen presentes en mi corazón. Familiares y amigos que han finalizado su viaje antes que yo y que me han regalado conocimientos, consejos, experiencias, ejemplos y mucho cariño que lejos de convertirse en polvo tienen vida eterna en mi mente y corazón. Doy gracias por ellos y por los que aún tengo la fortuna de que me acompañen. Mi recuerdo cariñoso y alegre para todos mis familiares y amigos «para siempre». Y en cuanto a todos los que aún compartimos planeta, felicidades por madrugar, por la hipoteca, por la crianza de los hijos, por el curro que hace sudar la frente, por los disgustos, por la enfermedad que nos conciencia a cuidarnos, en definitiva, por los problemas-oportunidades que nos hacen crecer, que es de lo que trata la vida. ¡Enhorabuena por tener problemas, señal de que estás vivo!