La violencia dispara la alarma social en Cataluña
Los asesinatos de un joyero, una empleada de banca y una panadera en los últimos 15 días generan inseguridad en el sector comercial
BARCELONA. Actualizado: GuardarTres asaltos en dos semanas se saldan con la trágica cifra de tres muertos. Primero fue un joyero del barrio de Sant Martí de Barcelona, luego una empleada de banca en Cambrils y, la última, el jueves por la noche, una panadera de la zona alta de la capital catalana. Aunque las fuerzas de seguridad repiten por activa y por pasiva que los tres asesinatos no guardan ninguna relación entre sí y que responden a tres perfiles de delincuentes distintos, la sensación de inseguridad crece en Cataluña, especialmente en el sector comercial.
Los responsables del departamento de Interior se esfuerzan en rebajar el alarmismo al afirmar que este año se han producido menos delitos en la comunidad catalana. Incluso aseguran que hasta la fecha se han registrado tres homicidios menos que el año pasado, cuando a estas alturas se habían contabilizado 57 muertes violentas en toda Cataluña (en todo 2008 hubo 58 y 55 en 2007). Pero en cambio, las fuerzas de seguridad sí observan «un repunte de la violencia gratuita, muy difícil de explicar», según el secretario general de Interior, Joan Delort.
El recién nombrado presidente del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, Miguel Ángel Gimeno, arroja algo de luz. «En tiempos de crisis, siempre hay un aumento de la actividad delictiva», dijo el viernes en su toma de posesión del cargo. Gimeno afirmó, no obstante, que «no hay motivos para la alarma social y que la coincidencia de tres asaltos con resultado de tres víctimas mortales es, a pesar de su dramatismo, una casualidad».
A los tres homicidios recientes por intento de robo en establecimientos se suman además otros nueve casos de muerte violenta registrados en las últimas dos semanas, entre delincuencia común y violencia machista. «Preocupa la facilidad con la que se usa la violencia en la sociedad actual, pero no hay que extraer de ahí la idea de que la delincuencia está en incrementos extraordinarios; las cifras no nos dicen eso», asevera Montserrat Tura, consejera de Justicia de la Generalitat.
Sin embargo, el asesinato de Mercè Salas por parte de un joven con problemas con las drogas, ocurrido el jueves por la noche en un panadería, y la muerte del joyero barcelonés Zósimo González, hace quince días, al sufrir un asalto por una banda organizada según todos los indicios, hacen que la Fundación Barcelona Comercio, que engloba a los principales ejes comerciales de la capital catalana, hable sin ambages de «alarma» entre el colectivo.
«Tengo un comercio que atiendo con mi hija y nunca sabes a quién tienes que abrir la puerta». El testimonio de esta empleada de una tienda barcelonesa resume el clima de preocupación que hay entre los comerciantes que han pedido una reunión formal con los responsables del orden público de la ciudad, para reclamar mayores medidas de seguridad. Los sindicatos CC OO y USO también exigen más seguridad en los comercios «ante la frecuencia de sucesos de este tipo como robos y amenazas».
En esta línea, el PP de Cataluña planteó ayer la necesidad de que delitos considerados graves como el asesinato terrorista, el asesinato con agresión sexual y el genocidio conlleven una pena de «prisión perpetua revisable», según la cual la condena no podrá ser revisada durante los primeros 20 años.