«Era buena persona, atento y trabajador»

Macabro ha sido el asesinato de Manuel Pereira, pero también el destino. Su fallecimiento se ha producido en la zona conocida como el 'callejón de los muertos', en las inmediaciones del cementerio municipal de San Fernando. Por ello, y por la fecha, ayer se podían ver como decenas de personas, con ramos de flores en sus manos, pasaban por delante del portal por donde, apenas unas horas antes, salía el cuerpo sin vida del funcionario de Recursos Humanos.

Tan rápido corrió la noticia como los rumores. Ante la presencia multitudinaria de medios se agolpaban vecinos y residentes próximos al lugar que comentaban el suceso. «Pues por lo visto al otro chico lo conoció por Internet porque él tiene pareja, una persona 'menudita'». Algunos afirmaban que vieron como el presunto autor huía como alma que lleva el diablo cuchillo en mano, otros sin embargo hablaban por boca de conocidos: «Cogió por ahí, por esa calle y salió disparado hasta que lo acorraló la Policía». El asesinato ha calado hondo por lo dantesco del escenario del crimen y así lo atestiguan desde la calle, «porque la casa está enterita salpicada de sangre». Pero, también por lo conocido que era el trabajador municipal por la zona. «Era muy buena persona y atento. Un poco reservado, pero se veía muy trabajador». En cualquier bar, cafetería o plazoleta de la ciudad. Todos opinaban y lamentaban el fallecimiento. Una muerte que ha hecho mucha mella tanto en los concejales como en la plantilla del Ayuntamiento.

El funcionario era muy querido por sus compañeros y bien valorado dentro de la Casa Consistorial. Conocido por la mayoría, el golpe ha sido muy duro, en especial por el ensañamiento y las circunstancias que rodean el caso. Dolor y pena. Es el ambiente que existía ayer en la calle García de la Herrán.