El académico, a la izquierda, junto a su presentador. :: S. ARÉVALO
Sociedad

Emigrantes digitales vs nativos

Aseguró que «la muerte del papel es una utopía» y apostó por encontrar «un lenguaje común entre los profesores y los alumnos» El académico Darío Villanueva defendió la permanencia del libro en el futuro

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Ni catastrofismo, ni hecatombe ni la desaparición de la cultura en pos de la ignorancia. El académico de la Lengua Española, Darío Villanueva, puso ayer los puntos sobre las íes para poner cordura y serenidad a una nueva realidad social. Las nuevas tecnologías se han hecho un hueco tan importante que se puede hablar, como hizo ayer el especialista, de emigrantes digitales y nativos digitales, es decir, de generaciones que han nacido en la cultura tradicional frente a los más jóvenes, que se han criado sabiendo lo que es Internet.

«Esa diferencia puede crear una quiebra digital, una especie de ruptura, de falta de comunicación entre ellos y nosotros», dijo Villanueva. «Yo estoy deseando vivir la actualidad y comunicarme con la gente de hoy. Por eso debemos plantearnos lo que significa la literatura en la sociedad tecnológica y lo que significa enseñarla, en qué medida sigue estando vigente para los nativos digitales y en qué medida los profesores que somos emigrantes digitales tenemos que cambiar nuestros postulados para comunicarnos con ellos», aseguró.

El miembro de la RAE dio algunos datos durante su intervención: «En 2009 se han editado 74.000 títulos y 184 millones de ejemplares en España. El libro goza de buena salud». Desde los años 60 existe la amenaza de que las nuevas tecnologías acabarán con el libro. Según Villanueva, ni mucho menos: «La muerte del libro es una utopía, por más que convivan con las bibliotecas digitales y los desplacen. Aquello fue una profecía que no se cumplió». Su interés pasa por conocer «la posibilidad de la ciberliteratura o de qué manera se metamorfoseará hasta convertirse en una especie de post literatura», añadió.

Nuevas pautas pedagógicas

«La nueva galaxia de la información precisa nuevas pautas pedagógicas. Es un gran reto para los que no fuimos niños digitales», dijo el académico refiriéndose expresamente a la práctica educativa. «Los jóvenes de entre 12 y 18 años saltan de una página a otra sin fijar la atención. Las nuevas generaciones están siendo moldeadas por la web», aseguró.

«No cabe de duda de que los nuevos lectores tienen más estímulos que complementan la comunicación a través de la lectura. Ahí está el quid de la cuestión: cómo las nuevas tecnologías cambian la manera de la relación entre las personas y la estética de la palabra», continuó.

Otro punto de fricción, sin duda, de la cultura con los avances tecnológicos es el uso del lenguaje. «Yo mando SMS y utilizo abreviaturas. Los manuscritos medievales también las utilizaban», indicó. Explicó que se trata de una sencilla cuestión de economía y de ahorro de tiempo. «El manuscrito medieval se escribía lentamente a mano y el soporte -el pergamino- era caro. Hoy pagamos los SMS y queremos comunicarnos rápidamente. Eso no es determinante. El lenguaje no se deteriora por las nuevas tecnologías e incluso puedo decir que todo lo contrario porque la fuerza de la palabra es impresionante».