El médico, ayer, en el Ateneo gaditano. :: ANTONIO VÁZQUEZ
Sociedad

El Ateneo recuerda la figura del médico José María López

El también facultativo Juan José Rodríguez Ballesteros imparte una conferencia sobre el que fuera decano de Medicina de Madrid

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Hay vidas que, por azar, infortunio o deliberada injusticia, caen en el olvido. La de José María López, con ese nombre tan común, parecía también condenada. Pero existió en el siglo XIX, vivió la guerra y ocupó un lugar destacado en la sociedad gaditana de la época. Digno de recordar.

Así lo considera un colega del XXI, el facultativo Juan José Rodríguez Ballesteros, que ayer glosó la figura de López en el Ateneo y reivindicó su reconocimiento. Aportó méritos para ello. José María López fue el único decano gaditano de la Facultad de Medicina de Madrid, participó en el Hospital Real durante la Batalla de Trafalgar y en 1813 embarcó hacia América como segundo cirujano. A su vuelta a Cádiz, entró en la Sociedad Médica Quirúrgica gaditana, además de en la Real Sociedad Económica de Amigos del país. También abrió el primer clínico y creo el laboratorio de microbiología que luego utilizaría la escuela de Ramón y Cajal.

La versión de Federico Rubio

Presentó Ballesteros ayer muchos más hitos de la trayectoria profesional del médico, a pesar de los cuales «quedó relegado de la historiografía gaditana». Y es que esos logros quedaron empañados por su devaneos personales y, sobre todo, por la mala fama generada por uno de los médicos más reconocidos de la provincia, Federico Rubio.

«Tiene que ver más con la institución libre de enseñanza, pero lo cierto es que Rubio utilizó a López como chivo expiatorio en uno de sus libros», argumentó Rodríguez Ballesteros, quien trabaja desde hace más de 20 años como un médico comprometido con su comunidad, especialista en adicciones juveniles.

«Si en sus escritos dedicaba a otros facultativos apenas un par de folios, a López le dedicaba 20, e incurrió en muchos errores, como que era chiclanero, aunque es cierto que tenía casa y bodega en esta localidad».

La conferencia de Rodríguez Ballesteros sirvió además para recordar los orígenes del Romanticismo. «López por ejemplo era más naturalista, sus métodos fueron criticados, pero demuestran que el Romanticismo entró antes por las disciplinas científicas que por la Literatura», destacó el médico.