Manuel, en su domicilio, donde poco a poco recobra las fuerzas que le arrebató la enfermedad. :: ANTONIO VÁZQUEZ
Jerez

«Yo he sobrevivido a un virus de caballo»

El segundo afectado en la provincia por el mal del Nilo se recupera de forma satisfactoria en su domicilio de Benalup

BENALUP. Actualizado: Guardar
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Benalup-Casas Viejas es un pueblo coqueto, con uno de los mejores 'resort' de lujo de la provincia. A sus 77 años, Manuel Gomar lo sabe de sobra. Lo que no imaginaba 'El liebre', como conocen sus vecinos a este hombre afable y sencillo, es que su afición por visitar el campo de golf cercano a su casa, una zona húmeda y de alta concentración de mosquitos por estar cerca de una vega donde se cultiva arroz, iba a hacer que un día enfermara y que una dolencia pudiera hacer temer por su vida a sus familiares y amigos.

La historia de Manuel se remonta a mediados de septiembre. Él acudía a diario a las instalaciones del Benalup-Golf; allí había encontrado una forma de «distraerme y ganar unos eurillos». Se dedicaba a recoger pelotas, limpiarlas, y revenderlas. Su esposa Leonor da la clave: «Un día de pronto se sintió mal, se mareó y se cayó al suelo».

«Empecé a sentirme mal. No quería comer y me dio fiebre alta», la interrumpe Manuel. Dos días después de que lo viera el médico del pueblo, el 28 de septiembre, su familia decidió trasladarlo al hospital universitario de Puerto Real. Ya en planta, durante dos semanas a Manuel le realizaron diversas pruebas. «Nada más llegar le contamos a la doctora lo del campo de golf y los mosquitos; enseguida nos dijo que podía tratarse del virus».

Confirmada la afección, el tratamiento y la recuperación fueron muy rápidas. Manuel pasó en unos días de no querer comer nada y «estar pocho», a comerse todo lo que le servía el catering del hospital.

Sin mascarilla

«En ningún momento estuvimos aislados ni nos pusieron una mascarilla ni nada. Nos trataron muy bien y nos dijeron que estuviéramos tranquilos, que él no podía contagiar la enfermedad a nadie», explica a LA VOZ su esposa.

Un mosquito infectado por un ave portadora del virus conocido como virus del Nilo Occidental había actuado picando a Manuel y transmitiéndole una infección que se hizo visible días después con los síntomas de una meningitis.

Esta enfermedad ya se había detectado semanas antes en otro varón de Chiclana. Los dos han sido víctimas de una afección que ha provocado ya varias muertes de caballos en cabañas equinas de Jerez.

Afortunadamente, desde el pasado 13 de octubre en que recibió el alta, Manuel permanece en su domicilio de Benalup, recuperando poco a poco las fuerzas y llevando un tratamiento que no pasa del control del azúcar y la tensión alta que padecía antes de este susto.

Pese a las sospechas iniciales de los médicos, este benalupense no ha tenido contacto directo con caballos, y tampoco tiene mascotas. El virus que le ha tenido dos semanas ingresado apenas provoca enfermedad severa en el 1% de pacientes pero asusta por desconocido. Desde que se conoció el último brote en la Península, solo se había detectado un caso en 2004 en Portugal y otro en Barcelona.

En la provincia, los dos pacientes que se han confirmado como infectados ya se encuentran bien, aunque no se descartan nuevos casos. Las administraciones recomiendan usar repelente en aquellas zonas proclives a la cría de mosquitos, aunque nuestro protagonista ya ha aprendido la lección. «A mí no se me ocurrirá nunca más ir a coger bolas a ese sitio», bromea.