¡Enhorabuena, macho!
Actualizado: GuardarBueno, pues parece que esos rancios machistas que militan aún en las filas de la misoginia más recalcitrante van a seguir teniendo una figura femenina pública en la que concentrar sus burlas y vejaciones. Desaparecida de la escena Bibiana Aído, ahora parece que será Leire Pajín la que tendrá que soportar esas groserías que tanta gracia hacen a demasiada gente todavía, inexplicablemente. Si es verdad, como teorizó Freud, que el chiste tiene una estrecha relación con el inconsciente, convendrán ustedes conmigo en que esa gente chistosa no es consciente de que su inconsciente anda sobrado de estupideces. No saben, además, que el inconsciente suele traicionar preferentemente a quienes creen que la existencia de un Ministerio de Igualdad constituye un atentado contra el orden general de la naturaleza.
Nunca he acabado de entender la virulencia con la que fue acogida la creación del Ministerio de Igualdad. Se puede estar o no de acuerdo con una tal medida, incluso es normal argumentar en contra de la misma desde el desacuerdo, pero la que se armó y los improperios de todo tipo con que fue recibida la titular de ese Ministerio quedarán ya como una triste muestra de la historia negra de la sociedad española. Historia negra de nunca acabar, a juzgar por el alivio viril (.) que algunos han experimentado nada más conocer la supresión del Ministerio de Igualdad. Evidentemente, algo inexplicable y extraño debe haber bajo esa actitud de cerrado y furibundo rechazo hacia una institución, y hacia una ministra, cuya pretensión no fue otra que responder a una urgente necesidad: acabar algún día con una más que hiriente desigualdad entre hombres y mujeres.
Así que, enhorabuena a ese que tanto esfuerzo intelectual pone en tratar de exorcizar una cosa al parecer horrible, y que por lo visto suele aparecérsele por las noches en forma de «ideología de género». Enhorabuena a ese otro al que tanto ofende la sola idea de ser tratado en igualdad con quienes tan evidentemente son tan diferentes «en todo». Enhorabuena a aquél otro al que se le removían las entrañas con sólo pensar que el diccionario pudiera incluir algún día la palabra 'miembra'. Enhorabuena también a ese que desde la creación del Ministerio de Igualdad no ha dormido bien temiendo que fuese obligado a cambiar de sexo.
Ya se ha ido Bibiana. Tranquilo. Ahora todo vuelve a su sitio: ¡Enhorabuena, macho!