Un preso agrede a un funcionario porque no le dejaron ir al entierro de su madre
El Mataviejas, que cumple condena por asesinar a una anciana, trató de apuñalar a un trabajador que evitó su suicidio en Puerto III
Actualizado: GuardarComparte apodo con uno de los asesinos más crueles de la historia negra de España. 'Mataviejas' también le llamaban a José Antonio Rodríguez, un santanderino que acabó con la vida de 16 ancianas escondido tras el rostro del perfecto caballero. Antes fue violador y con esos antecedentes se convirtió en carne de cañón en la cárcel de Topas, donde murió en 2002 a manos de tres compañeros de presidio. En Puerto III hay otro 'Mataviejas' (Bernardo M. N.), de perfil conflictivo, que a punto estuvo de herir de muerte a un funcionario el pasado viernes. No aceptó de buen grado que le negaran un permiso para acudir al entierro de su madre.
Este episodio se suma a otros tantos que según la sección sindical de Acaip-USO en Puerto III están elevando la conflictividad interna a niveles muy preocupantes en un recinto penitenciario que sólo lleva funcionando tres años. Según fuentes consultadas por este periódico, se han producido 17 incidentes en todo el mes de octubre. Si bien, los más graves no llegan a la media docena. Uno de esos ataques fue divulgado ayer mediante un comunicado de prensa a través del cual los funcionarios tratan de llamar la atención sobre la situación que reina en estos momentos dentro de una de las cárceles modelo del país; un prestigio institucional que le viene dado por su capacidad y por tratarse de uno de los centros más modernos.
Bernardo M. N. cumple condena por haber asesinado a una anciana. Fue de los primeros presos que ocuparon las celdas recién inauguradas en 2007, procedente de la prisión de Huelva, su localidad natal. El viernes por la mañana su educador le dijo que podría salir custodiado de prisión para acudir al entierro de su madre. Las mismas fuentes señalaron que este tipo de permisos son habituales siempre y cuando el traslado no suponga un excesivo riesgo. Sin embargo, media hora después el Mataviejas fue informado que pese a tener la documentación preparada y lista para que la firmara, la dirección no había autorizado la salida.
Según detalla el citado comunicado, a las 17.00 horas el Mataviejas se dirigió al gimnasio del módulo, donde supuestamente dijo a otros internos que iba a «cortarse las venas y ahorcarse con los cordones porque le han comunicado que su madre ha muerto y la dirección no le deja asistir al sepelio». Advertidos por el resto de presos, los funcionarios de servicio acudieron al gimnasio para evitar que cumpliera con su palabra. En ese momento, Bernardo M. N. «rompió un palo de fregona y se dirigió corriendo a asestar un pinchazo» a uno de los trabajadores. Esta persona consiguió repeler la agresión y reducir al interno para separarlo del resto de los presos».
Las mismas fuentes consultadas cuestionan que se estén adoptando las medidas disciplinarias idóneas para corregir estas actitudes, ya que el Mataviejas tras ser enviado al módulo de aislamiento como correctivo, regresó a su celda al día siguiente.
Déficit de atención
No es el único incidente que en los últimos días han ocurrido en Puerto III, según la información facilitada por Acaip. En el módulo 1 de la misma prisión, «donde se concentran los internos más conflictivos», uno de los presos se negó a entrar a su celda y «agredió con una patada en el pecho» a un funcionario para luego «pegar violentamente a otro agarrándolo por el cuello con intención de ahogarlo». Se trata de un individuo con problemas mentales que requiere de una atención médica de la que no disponen los actuales centros penitenciarios. Y es que la falta de plazas en los dos únicos psiquiátricos que atienden a la población reclusa en el país son claramente insuficientes.
Este aumento de la conflictividad la relaciona Acaip-USO con el déficit de plantilla para atender a una población reclusa cada vez más grande y porque Puerto III concentra a día de hoy el mayor número de presos conflictivos del país. Seis de los diez internos más peligrosos estaban alojados en sus celdas el pasado mes de junio y desde hace un año están siendo derivados a este centro presos de ese perfil. Actualmente hay dos funcionarios de baja por sufrir agresiones, uno fue atacado «de forma salvaje en el módulo de aislamiento»; la otra es una trabajadora que estuvo a punto de ser herida con un bolígrafo.