La bailaora granadina Eva Yerbabuena se reconcilia con la tristeza en su penúltimo montaje, 'Lluvia', que se estrena esta noche en el Teatro Falla. :: L. V.
DANZA

«La melancolía te impulsa a crear»

La artista granadina trae al FIT 'Lluvia', un montaje en el que se reconcilia con el desamor y el sufrimientoEva Yerbabuena Bailaora

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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A Eva Yerbabuena le gustan los proyectos arriesgados, los que te sobrecogen y te arrancan un pellizco. Esta noche trae a Cádiz su penúltima creación, 'Lluvia', un espectáculo que profundiza en la melancolía, el desamor y el sufrimiento. Distinguido con dos premios Max al mejor espectáculo de danza y otro a la mejor intérprete femenina, es un montaje ambicioso a la vez que oscuro. La obra, estrenada ya en varios auditorios de todo el mundo, llega al Falla esta noche a las 22.00 horas, antes de que la artista viaje a Singapur y Polonia. Yerbabuena tiene otros proyectos entre manos, desde su nueva creación en torno a la memoria ( 'Cuando yo era...') hasta una nueva experiencia cinematográfica a las órdenes de Saura ('Flamenco, flamenco').

- 'Lluvia' es un homenaje a la melancolía y al desamor.

-A veces huimos de ello, cuando es algo positivo que ha impulsado grandes creaciones. Es momento de reflexionar sobre por qué odiamos los días de lluvia, cuando la melancolía ha hecho a mucha gente pensar, crear. Puede ser el inicio de algo muy importante. Hay muchos flamencos que dicen que cuando peor estás, mejor cantas, bailas y tocas.

-Entonces, ¿le gusta mirar por la ventana mientras llueve?

-Ahora sí, trato de pensar en cosas que están ahí pero que parecen abandonadas. Son momentos para estar con uno mismo.

-Ha dicho que esta obra es muy diferente a las anteriores...

-Eso es lo que intento siempre, que no tenga nada que ver con la producción anterior. Cuando llevas diez años de trayectoria, hay una cierta madurez a la hora de tomar decisiones, tratar ciertas cosas...

-¿Qué pasa por su cabeza en medio de una actuación?

-Es difícil, no eres consciente de lo que piensas. Puedes sentir cómo se te eriza la piel, te entran ganas de llorar o reir... Es un estado de ánimo muy fuerte, no tienes tiempo de pensar. En ese momento sólo quiero que se me ayude a hacer el espectáculo lo mejor posible.

-Para ello es preciso tener un buen equipo.

-Claro, no es lo mismo estar pendiente del vestuario, sonido, luz... Si no hay un equipo bueno, no tienes nada. Hay que reconocer la labor de todos.

-Del espectáculo han dicho que es un 'aguacero de sensaciones', una 'tormenta perfecta'. ¿Qué le parece?

-Lo que quiero es que el que se siente en el patio de bucatas no se quede indiferente, que cada persona tenga sus lecturas y sus sensaciones. Es como ocurre con los libros, tú eres libre para imaginarte los personajes, las situaciones... Yo no quiero contar nada. Sólo es flamenco. La historia quiero que me la cuente el público.

-Dice que el sufrimiento es un paso para el éxito. ¿Ha sufrido mucho?

-No soy una persona que todo lo vea de color de rosa. A veces sufres a una edad que ni te pertenece, simplemente por ser observadora o convivir con gente mayor que tú. A veces tienes vivencias que te hacen ser más madura pero que tú no eliges. No es que mi vida haya sido un drama pero no hay mal que por bien no venga...

-En la obra se incluye el poema de Horacio García 'El silencio hace daño cuando es puro'. ¿Qué papel juega el silencio en el montaje?

-El silencio es necesario, he pensado mucho en él. El poema viene perfecto para lo que quiero contar. Si a mí me intimida un día gris, ¿qué ocurre con los ciegos, que no pueden ver ese sol que me hace sentirme viva? De ahí que trabajara con niños de la ONCE y trasladáramos el poema a la lengua de signos. He aprendido mucho con ellos. Por ejemplo, los ciegos no sonríen porque no imitan, no han visto una sonrisa. Por eso siempre se ríen de corazón. Ha sido una experiencia muy enriquecedora. Te das cuenta que alguien que ha nacido sin algo, nunca lo puede echar de menos.

-También rinde homenaje a sus abuelos.

-Sí, con los tanguillos de Cádiz. Mi abuelo cuando llegaba a casa los cantaba, decía que era la mejor forma de evadirse y reírse de su propia desgracia.

-Ha tenido varias experiencias cinematográficas. ¿Habrá más proyectos?

-Lo último ha sido mi participación en la última película de Saura, que está a punto de estrenarse. Pero ahora estoy trabajado con Pepe Sánchez Montes en un 'making off' de mi nueva creación. Tengo ganas de hacer un corto sobre la influencia del flamenco en mi vida, pero eso será más adelante.

-Presentó su último espectáculo en la Bienal de Sevilla hace unas semanas, 'Cuando yo era...'. ¿Qué rememora en él?

-Soy una persona que mira mucho al pasado. He vivido la infancia intensamente y tengo experiencias que no quiero olvidar. Siempre intento recordarlas y que queden para siempre. La obra habla de lo fuerte o débil que te puedes volver ante el arrebato, producto de una guerra o posguerra. En mi caso, a mi abuelo por parte paterna lo vinieron a buscar un día y nunca más apareció. En el caso de mi abuelo por parte materna, me contaba muchas cosas de la guerra civil, lo que sufrió en esos años...