El científico, que obtuvo el reconocimiento por una investigación sobre la destrucción de proteínas, durante un momento de la conferencia. :: EVA LINDBERG
Ciudadanos

La era de la medicina a la carta

El Nobel Aaron Ciechanover analiza la evolución de los fármacos y el cambio de conciencia; El investigador inaugura las IX Jornadas de Salud Investiga que ha reunido a un millar de participantes en Cádiz

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Aaron Ciechanover mira al auditorio y garantiza que no tiene intención de ofrecer una conferencia técnica. «Hay personas en la sala que no son investigadores», dice a pesar de ser el responsable de que todos los manuales de bioquímica sufrieran una revisión en 2004 después de recoger ese mismo año el Premio Nobel de Química por su descubrimiento sobre la destrucción de proteínas, que le ha dado otra perspectiva a la industria farmacéutica.

Ayer visitó Cádiz para inaugurar las novenas jornadas de Salud Investiga y en su conferencia habló de la evolución de la medicina, ligada a la de los propios medicamentos. «¿Podremos vivir hasta los 120 años?», planteó. «Posiblemente llegaríamos, pero todos tendríamos alzhéimer», fue su respuesta. El profesor israelí Ciechanover explicó ante un millar de asistentes que la ciencia ha conseguido prolongar la vida, pero eso ha supuesto la aparición de nuevas enfermedades. «Cuando una se cura surge otra y así ha sido siempre».

No se trata sólo de una predisposición genética, el modelo de vida del paciente tiene mucho que ver en su estado de salud. Tanto es así que el científico no dudó al asegurar que «si entráramos en un hospital y analizáramos las causas de ingreso de los pacientes veríamos que el 70% de ellos son los responsables de sus propias enfermedades».

«No podemos predecir qué va a pasar en un futuro, pero podemos saber nuestra predisposición a determinadas dolencias», aclaró. Y con ello dio paso a la importancia de los estudios del ADN para conocer las características de cada enfermedad. Y para hablar de los avances en la investigación biosanitaria utilizó como ejemplo las líneas de trabajo del cáncer. Explicó que hace quince años la comunidad científica pensaba que sólo se trataba de una única enfermedad porque el comportamiento era el mismo en todos los afectados. Pero a la hora de administrar la medicación vieron que funcionaba en algunos y en otros no. Ahí fue donde comprendieron que el cáncer es un conjunto de enfermedades que se desarrolla de una manera diferente dependiendo del paciente. El resultado es que ahora la medicina es personalizada y los especialistas cuentan con un abanico de fármacos para administrar el más adecuado.

Los límites de la ciencia

A modo de conclusión, explicó que el avance de la medicina lleva implícito otros muchos aspectos que no tienen que ver con la ciencia. La ética, las cuestiones religiosas y la aceptación social. Aseguró que «no es sólo cosa de científicos, hacen falta legisladores, sociólogos e incluso políticos», que sirvan para poner los límites a la ciencia, que funciona como herramienta. El profesor israelí ha estado acompañado de la directora de Calidad, Investigación y Gestión del Conocimiento de la Consejería de Salud, Carmen Cortes; del director del Plan Estratégico de I+D+i en Salud de Andalucía, Jerónimo Pachón; y el director gerente de la Fundación Progreso y Salud, Juan Jesús Bandera, quienes han destacado la valía del Premio Nobel y su gran aportación a la investigación en Salud. La consejera María Jesús Montero participará hoy en el encuentro para su clausura.