El pianista Joaquín Achúcarro abre hoy la temporada musical

Joaquín Achúcarro ha confesado un deseo: «Llegar como Rubinstein a los 90 años y seguir tocando». Poco le falta a este bilbaíno nacido en 1932 y que ya diera su primer recital con 13 años. Achúcarro inicia hoy a las 20.00 horas la Temporada de Conciertos del Teatro Villamarta, un ciclo que recibe el nombre de 'Cinco generaciones de pianistas españoles (y un clavecinista)'.

El programa que interpretará contiene los 'Estudios sinfónicos' de R. Schumann y varias obras de F. Chopin como la 'Fantasía Impromptu', 'Barcarola Op. 60', dos 'Nocturnos' y 'Valses', el 'Scherzo núm. 3' y la 'Polonesa Op. 53'.

Considerado el pianista español más internacional, Joaquín Achúcarro se define a sí mismo con una sola palabra: «Pianista». Es decir, «un señor que está loco por el piano y hace música por y para el piano», aclara. Tal pasión por el instrumento y su profesión se advierte en su amplio bagaje profesional.

Reconoce que el haber ganado el Concurso Internacional de Liverpool en 1959 supuso el principio de una carrera artística considerada «impecable y modélica» por la prensa internacional. Tras el espaldarazo recibido por este renombrado certamen, ha desarrollado una intensa actividad concertística que le ha llevado por 60 países y por los escenarios de las más prestigiosas salas. Ha tocado junto a más de 200 orquestas y bajo la dirección de más de 350 directores.

A esta sucesión de giras internacionales y de grabaciones de calidad refutadas con premios prestigiosos se suman otros reconocimientos más amplios a toda su trayectoria. En este ámbito, cabe destacar la Medalla de Oro a las Bellas Artes, el Premio Nacional de Música y la Gran Cruz del Mérito Civil concedido por el Rey Juan Carlos. En 2008 un grupo de personas e instituciones de Dallas creó una fundación con su nombre con el objetivo de «perpetuar su legado artístico y docente».

Genio humilde

Pese a todo, Joaquín Achúcarro suele presentarse ante el público con una humildad innata. Si se le pregunta en qué piensa cuando se pone delante del piano, responde que «en hacerlo lo mejor posible». Tampoco acierta a saber qué pasará en el próximo concierto, puesto que «el encanto de esta profesión es el peligro de vivir en la cuerda floja».

Su vida gira en torno a su carrera artística. «Es una profesión que amo y constantemente pienso en la música que voy a hacer». Cree que cada pianista desarrolla su forma de tocar y que esta singularidad corresponde al misterio del alma.

La elección del programa que interpretará en el Teatro Villamarta no es casual. La Temporada de Conciertos pretende rendir un homenaje a la aportación artística que el movimiento romántico hizo sobre el piano, representado por autores tan destacados como F. Chopin, R. Schumann y F. Liszt. Precisamente, entre los años 2010 y 2011, se cumple el bicentenario del nacimiento o muerte de estos grandes compositores.