«Soy un ser desarraigado por naturaleza»
El periodista y ganador del Planeta visitó ayer la Bonald y hoy estará en la UCA dentro del ciclo 'Presencias Literarias'Fernando Delgado Escritor
CÁDIZ. Actualizado: GuardarGanador del Planeta en 1995, Fernando Delgado compagina desde hace años los artículos que escribe en 'El País' con los versos y la narrativa. Su última novela habla del desamparo de los menores «poco correctos» durante el franquismo y bucea en la idea del destino. Ayer desgranó las claves de su obra poética en La Bonald y hoy tendrá un encuentro especial con sus lectores en el ciclo 'Presencias literarias de la UCA'.
-Su última novela, 'De una vida a otra', arranca con un joven que sale del reformatorio. Fue un hecho real el que inspiró la historia. ¿Qué recuerda de los años en que enseñaba allí?
-Era muy joven, apenas tenía 17 años por lo que algunos de aquellos chicos eran casi de mi edad. Había mucha tensión en el ambiente. Además, era en plena dictadura franquista. En esa época el menor carecía de derechos y no tenía protección. Allí iban los chicos a cuyos padres les retiraban la tutela por separaciones sobre todo. Eran niños poco correctos, pero no delincuentes. Si suspendías a algún alumno no les dejaban salir el fin de semana y les metían en un calabozo.
-¿Qué aprendió de aquella experiencia?
-Que aquellas criaturas necesitaban afecto y cariño. Era el motivo que les había llevado allí. Aconsejo a mis amigos que tienen hijos que el afecto no les falte nunca porque esa carencia es uno de los factores de desestabilización de las personalidades.
-Usted se crió entre mujeres. ¿Eso ha condicionado su personalidad?
-Creo que sí, que ha suavizado mi carácter masculino pero también lo ha fortalecido. Me sentí muy protegido por ellas. Me quedé sin padre muy pronto y mi madre asumió el rol. Con los años he llegado a entender que es necesario que se 'amujeren' los hombres, no que se 'masculinicen' las mujeres. En la conquista por la igualdad, muchas veces las mujeres al alcanzar cotas de poder asumen roles masculinos mientras que ellos no asumen los femeninos.
-El libro habla del destino, ¿cree en él?
-Sí, creo en el destino, en el azar. Y esta novela habla de ello. El protagonista se acuesta en una casa burguesa y de repente es sorprendido en su habitación por la policía y por razones ajenas a él, termina en un reformatorio. Y eso determina para siempre su destino.
-Entonces, ¿cree estaba destinado a ganar el Planeta?
-Creo más en otras cuestiones más determinantes como mi vocación de escritor.
-¿Qué libro le marcó más de pequeño?
-Leí la biblioteca de los jesuitas, a Galdós, también a Thomas Mann, cuyo libro 'La montaña mágica' lo he leído varias veces en mi vida. Esas fueron las lecturas que más me deslumbraron en mi infancia.
-El otro día José Manuel Lara exigió al Gobierno medidas contra la piratería. ¿Qué opina de la situación del sector editorial?
-Los responsables del gremio han de ver la nueva realidad, la del libro electrónico. Ha llegado más rápido de lo que se creía. El libro electrónico está aquí y el sector aún no está preparado. Hay incertidumbre. Siempre se exigen cosas al Gobierno, pero hay veces que la sociedad civil tiene que generar sus propios mecanismos de organización y defensa.
-¿Usted tiene e-book?
-La primera vez que vi uno fue en la Feria del Libro de Cádiz. No lo uso, pero sé que tiene muchas ventajas. Las nuevas generaciones están más dispuestas y se irá imponiendo poco a poco. Es una realidad inevitable. El libro en papel y el electrónico convivirán y al final cada uno tendrá su función. No hay que tener miedo a las nuevas tecnologías.
-En 'Paisajes de la memoria' habla del desarraigo. ¿La falta de raíces condiciona mucho a una persona?
-Sí, yo envidio a los arraigados, siempre encuentran cobijo en la casa del origen. Es mucho más satisfactorio ser un ser arraigado pero yo creo que soy desarraigado por naturaleza, no siento lo de las patrias. El pasado es muy importante para mí, porque me nutre, pero no siento nostalgia de él. La memoria sustenta mi presente pero no deseo volver a vivir lo vivido.
-Su poemario último, 'El pájaro escondido en un museo', es un homenaje a la pintura. ¿Cuál es la última exposición que le ha fascinado?
-Una que vi el año pasado en el Louvre, de Mantegna, y otra que también vi en París de Picasso y sus maestros. Picasso era un gran artista lleno de influencias que aprovechó mucho los materiales de la tradición. Nutrió alguno de mis poemas.
-¿Qué proyectos tiene entre manos?
-La poesía no se hace cuando uno quiere, sólo cuando ella viene. De vez en cuando escribo algún poema. Tengo varios que irán en algún libro. La novela, por el contrario, requiere más disciplina. Ahora estoy con una pero es pronto para hablar...
-He leído una entrevista que le hicieron cuando Rosa Aguilar pasó a la consejería de la Junta y decía que Zapatero se había perdido a una buena ministra. ¿Estará contento con su nombramiento?
-Sí. La admiro mucho y será una buena ministra. Ahora Zapatero ha de ser un buen primer ministro. No resuelve todo al rodearse de un nuevo equipo. Tiene que afrontar una situación difícil pero parece que modifica los criterios de un día a otro.
-¿Le han confundido alguna vez con el fallecido actor Fernando Delgado?
-Una vez al empezar una entrevista me di cuenta que los periodistas pensaban que estaban hablando con el actor. Pensé que iba a ser violento, así que colgué para que pensaran que se había cortado la comunicación.