Desapercibida hasta el final

Beatriz Corredor Sierra (Madrid, 1968) llegó el 12 de abril de 2008 al Ministerio de Vivienda siendo una perfecta desconocida para los ciudadanos. Ahora abandona la que siempre fue cartera 'estrella' de José Luis Rodríguez Zapatero para convertirse en secretaria de Estado a las órdenes de José Blanco con la misma pátina de anodina. No en vano, es uno de los rostros del Ejecutivo más desconocido, según constatan todos los sondeos el CIS.

Registradora de la propiedad y partidaria de la fallida candidatura de Trinidad Jiménez en las primarias de Madrid, Corredor se incorporó al Ejecutivo tras ser concejala del Ayuntamiento de la capital de la mano de Miguel Sebastián. Incómoda frente la prensa, la última ministra de Vivienda gana en la distancia corta.

Sin grandes éxitos ni fracasos en su currículum se ha visto arrastrada por la marea del derrumbe del ladrillo, que ha marcado la pauta a un departamento que, con las competencias transferidas, ha servido para financiar pisos protegidos más que para cualquier otra cosa. El alquiler y la rehabilitación eran sus últimas apuestas.