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El ejército nacional sale al rescate del esperado circuito de Corea del Sur

YEONGAM (COREA DEL SUR). Actualizado: Guardar
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Corea corre serio peligro de pillarse los dedos. Recién llegada al negocio de Bernie Ecclestone, que ve oportunidades en cualquier rincón del planeta que asoma con dólares por delante, esta emergente potencia asiática trabaja a contrarreloj con la ayuda del ejército para que el circuito de Yeongam se presente, cuanto menos, apañado a los ojos del mundo, expectante con las últimas curvas de un frenético Mundial.

Al sur del sur de Corea del Sur, Yeongam todavía está a medio acabar pese a que selló su contrato hace más de un año. Sin embargo, hasta hace cuatro días, como quien dice, mantenía a la gente de la Fórmula 1 angustiada ya que todo lo que envuelve a este Gran Premio es un misterio. Todos parten a ciegas salvo Karun Chandhok, que dio un par de vueltas con un Red Bull hace unas cuantas semanas, y cualquier quiniela es pretenciosa ya que nadie sabe a quién beneficia este trazado. «Será apasionante», revela Hermann Tilke, diseñador que ha dibujado también el de Corea. En Ferrari, con Alonso poniendo el intermitente para superar a Mark Webber en el sprint final, conviven con la esperanza.

Jornadas de 24 horas

Generosa con el lujo, la F-1 choca de frente con la logística que conlleva viajar a este punto del globo. Casi toda la parrilla, salvo los pilotos, está instalada en Mokpo, ciudad dormitorio cerca de Gwanju -donde perdió España en el Mundial' 02 para acordarse de por vida de Al Ghandour--que te recibe con un aluvión de cruces cristianas y que, aparentemente y a la luz de la noche, desconoce por completo lo que se avecina.

A unos 15 kilómetros está el circuito, en el que este ayer se empleaban a jornada completa de 24 horas los soldados del ejército, encargados de colocar las butacas en su sitio mientras que la maquinaria pesada trabajaba a marchas forzadas en la pista. No hay nada nuevo, dice el entorno de Alonso, manteniendo el piloto asturiano intactas sus ilusiones ante la novedad.