Trabajadores de Arcelor Mittal se manifestaron ayer vestidos con sus trajes anticalóricos por las calles de Marsella. :: REUTERS
Economia

La violencia en las calles y la escasez de carburantes se adueñan de Francia

Sarkozy anuncia su intervención personal para restablecer la normalidad tras otra jornada de movilización sindical

PARÍS. Actualizado: Guardar
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El temor a un colapso de la actividad económica por falta de combustibles y las acciones violentas de jóvenes alborotadores son las principales preocupaciones del Gobierno francés tras la sexta jornada de movilización desde setiembre contra la reforma de la pensiones, celebrada este martes con cifras altas de manifestantes y a la baja de huelguistas. El presidente Nicolas Sarkozy anunció que va a intervenir personalmente para remediar la escasez de carburante y reiteró que no dará marcha atrás porque el déficit actual del sistema de jubilaciones «no puede durar».

Los sindicatos estimaron que las 277 movilizaciones organizadas en todo el país reunieron a tres millones y medio de personas, cifra equivalente al récord de manifestantes alcanzado el pasado 12 de octubre. Por su parte, el Ministerio del Interior contabilizó 1.100.000 personas, 130.000 menos que su cómputo en aquella jornada de referencia. Por segundo día consecutivo episodios de guerrilla urbana salpicaron varias concentraciones estudiantiles en distintas ciudades. Los enfrentamientos con las fuerzas del orden fueron especialmente virulentos en Lyón, en Nanterre y en otras localidades de la región de París en las que se registraron lanzamientos de proyectiles y cócteles-molotov, destrozos de mobiliario urbano e incendios de vehículos así como escenas de pillaje de comercios.

Interior notificó que en una semana han sido detenidos 1.158 alborotadores por agresiones, disturbios o actos de vandalismo. La policía señaló que la mayor parte de los arrestados son incontrolados que se infiltran en los cortejos estudiantiles y actúan a su amparo, pero puntualizó que algunos jóvenes manifestantes también se suman a las acciones violentas. El Ministerio de Educación aseguró que 379 liceos, el 8,8% de los existentes en el país, se vieron afectados por la protesta frente a los 261 que computó la víspera. Pero los sindicatos estudiantiles elevaron la cifra a 1.200 institutos movilizados de los que entre 850 y 900 sufrieron el bloqueo de sus accesos.

Apoyo alemán

En Deauville (Normandía), donde asistió a la cumbre franco-germana-rusa, Sarkozy apeló a la responsabilidad del «conjunto de los actores» para evitar los incidentes violentos y anunció que convocaría una reunión con los responsables de restablecer el orden público en cuanto regresara a París. «Un jefe del Estado tiene deberes respecto a los más jóvenes y respecto a los desequilibrios fundamentales de su país», declaró tras repetir que la reforma es esencial y será llevada a su término.

El presidente francés recibió el apoyo de la canciller alemana Angela Merkel, cuyo Gobierno ha retrasado la edad de jubilación a 67 años. El proyecto de Sarkozy aumenta de 60 a 62 años la edad mínima de jubilación y de 65 a 67 años el tope para tener derecho a cobrar una pensión completa. «La población en Alemania como en Francia no podrá evitar afrontar la verdad, que es que la gente vive más tiempo», dijo Merkel.

Mientras los paros en los transportes y los servicios públicos muestran menor seguimiento, el bloqueo de las refinerías y de los depósitos de carburantes ha dejado a unas 4.000 gasolineras, un tercio del conjunto, sin existencias, total o parcialmente. El primer ministro, François Fillon, aseguró que la situación recuperaría la normalidad en cuatro o cinco días y anunció un plan de reabastecimiento de carburantes gracias a los esfuerzos coordinados de los principales actores de la distribución y producción del sector petrolero.