Manuel A. B. llegó a la Audiencia en un furgón que le había trasladado desde Puerto II. :: ANTONIO VÁZQUEZ
Ciudadanos

Un acusado de asestar 19 puñaladas a su ex pareja dice que no quería hacerle daño

El procesado se enfrenta a casi 30 años de reclusión por una agresión que dejó a la víctima, una joven de Jerez, en silla de ruedas

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Con sólo 17 años sufrió en sus carnes el zarpazo cruel que marca a las víctimas de la violencia de género más extrema. Era una adolescente que despertaba al amor, pero que maduró a golpe de puñal en tan sólo un instante; el tiempo que duró la agresión brutal que la ha dejado de por vida en una silla de ruedas. Ocurrió en la barriada jerezana de La Constancia hace tres años, cuando la pareja se vio por última vez. Hasta que ayer se reencontraron con un biombo por medio. Él, acusado de intento de asesinato, acababa de testificar en el juicio que se celebraba en la Audiencia Provincial; ella no se amedrentó y relató ante el tribunal lo que fue una relación surgida en Internet que acabó en un inmenso charco de sangre.

Manuel A. B, de 24 años, inició una relación en julio de 2005 con una chica que por esas fechas tenía 15 años. Se habían conocido en la Red, como muchos jóvenes, y aunque él es de Úbeda y ella, vecina de Jerez, la distancia no fue un impedimento. Los problemas llegaron de otro lado. Según describió la víctima ante el tribunal, descubrió que su pareja era excesivamente controlador y llegó a golpearla en alguna ocasión. Por eso, en enero de 2007, la joven decidió poner fin a esa historia sentimental truncada. A partir de entonces, comenzaron las amenazas, las llamadas constantes y las vejaciones. La más grotesca fue difundir unas fotografías íntimas de la chica.

En cambio, el acusado negó ayer esta parte del relato. Sobre el asunto espinoso de las fotos, la fiscal le preguntó al procesado por qué había dejado varias copias en la ventana del dormitorio de la víctima, a la vista de todos. Su respuesta fue que sólo quería entregarle ese material.

Lo que no negó fue haberle asestado 19 puñaladas el 31 de mayo de 2007, cerca del domicilio de ella. Aunque trató de justificarse. Dijo que le había ido a buscar para pedirle explicaciones por la denuncia que en el mes de marzo el padre de la menor había interpuesto contra él. Pero que ella, nada más verle, comenzó a gritar. Según su versión, se agobió y trató de callarla con un cuchillo que llevaba porque tenía miedo a las represalias de la familia de la joven. No sabe cuántas puñaladas ni cómo se las dio. Esos datos sí que los dieron los testigos que vieron cómo la metió a la fuerza en su coche y ya dentro consumó la agresión para después tirarla al suelo y huir del lugar.

Eso sí, Manuel A. B. pidió perdón a su víctima y aseguró que hace tres años no quiso hacerle daño. Pero la fiscal no reconoció en él ningún arrepentimiento y elevó su petición inicial a los 28 años. Incluye un delito más contra la administración de Justicia por haber agredido a la joven en respuesta a su denuncia.

La defensa tuvo que renunciar al testimonio de la madre de Manuel, que se negó a declarar. Y califica los hechos de homicidio para tratar de rebajar la pena final. La baza que le quedaba al letrado era demostrar algún trastorno mental que atenuara la condena. Aunque los dos médicos forenses que declararon ayer niegan cualquier afección que limitara sus capacidades.