La crisis no acaba con los empleos vacantes, que alcanzan un 1,4%
Eurostat confirma las disfunciones de un mercado laboral donde coexisten la fuerte escalada del paro y la falta de profesionales
MADRID. Actualizado: GuardarLa tasa de paro de España supera el 20% de la población activa, pero los empleos vacantes alcanzan el 1,4% del total, cuando en el peor momento de la crisis, el primer semestre de 2009, esa proporción se redujo al 0,6%. La nueva tasa no está muy alejada del 1,7% que ahora presenta, en promedio, la zona euro, según la recién estrenada encuesta que, con criterios aportados por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha empezado a difundir la oficina estadística europea (Eurostat).
Los datos no proceden de los registros, sino de encuestas de opinión, consideradas más fiables en este tipo de análisis, y son contrastados después con fuentes administrativas.
La encuesta desvela, por tanto, una irregular recuperación del mercado laboral español, donde se manifiesta una fuerte disfunción que hace posible la coexistencia de una tasa de paro que duplica la media de los socios de la moneda única y no deja de crecer, con una significativa proporción de puestos de trabajo reales que no se ocupan. El remedio, según los expertos, vendrá de unas políticas de empleo que garanticen mayor flexibilidad.
La definición de 'empleo vacante' figura en un reglamento europeo de 2008, el mismo que estableció las bases de elaboración de la encuesta. Una vacante es un puesto de trabajo remunerado creado recientemente o no ocupado, o que está a punto de quedar libre, para el cual el empleador está tomando medidas activas y está preparado para tomar otras con el objetivo de encontrar el candidato idóneo.
En otras palabras, el empleador ha de tener la intención de cubrirlo inmediatamente o en el futuro próximo. Por añadidura, la encuesta no toma en cuenta los puestos de trabajo vacantes a los que únicamente pueden acceder candidatos internos -promociones, oposiciones restringidas, accesos limitados- sino tan solo, por decirlo así, los del «mercado libre».
Esta es una de las razones por las que ciertos Estados de considerable tamaño no han aportado a tiempo sus datos en esta primera edición de la consulta. Y no es del todo seguro que los vayan a proporcionar en próximas ocasiones, porque la comunicación de los datos de empleos vacantes a Eurostat es el resultado de un 'acuerdo voluntario' entre los países miembros.
Si la iniciativa prospera, la oficina estadística europea seguirá completando la serie con la publicación del indicador 75 días después del cierre de cada trimestre.
La tasa de vacantes se calcula como el cociente entre el número de puestos de trabajo sin ocupar y la suma de este número y el de puestos de trabajo ocupados. Aunque Eurostat arrancó la serie en el primer trimestre de 2009 -el punto álgido de la crisis, según la mayoría de los expertos-, también ha proporcionado una serie que se remonta a 2006 pero en la que, desafortunadamente, no están desagregados los datos de España.
En la zona euro, la proporción de empleos vacantes llegó a ser del 2,4% en los inicios de 2007, y coincidió con el punto más elevado de la reciente etapa de bonanza económica. La tasa se fue reduciendo paulatinamente hasta llegar al 1,4% en el otoño de 2009 y apuntarse el 1,7% el pasado verano. En España, los indicadores facilitados revelan que los puestos de trabajo disponibles y no cubiertos descendieron al 0,6% del total en la primera mitad de 2009, para iniciar una fuerte recuperación y duplicar esa tasa durante los meses transcurridos de este año.
Fuerte contraste
El actual 1,4% de España está aún a considerable distancia del 2,5% de Alemania, pero no guarda ninguna proporción con el desplome ocurrido en el conjunto del mercado laboral nacional. El Banco Central Europeo nos ha sacado una vez más los colores al denunciar la dramática y casi inexplicable trayectoria que han seguido los puestos de trabajo en España.
Entre mediados de 2008 y finales de 2009, en la zona euro, por cada punto de caída del Producto Interior Bruto el empleo se redujo en medio punto porcentual. Pero el reparto fue enormemente desigual entre países: mientras en Alemania el mercado laboral no se resintió en absoluto del descenso de la actividad, en España, cada 0,5% de retroceso del PIB se llevó por delante un 2,2% de los puestos de trabajo.