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Sarkozy sigue firme entre la tormenta social
El presidente señala que el objetivo es garantizar a todos los ciudadanos que su jubilación y la de sus hijos «podrán ser financiadas» La protesta contra la reforma de las pensiones se endurece y paraliza todas las refinerías francesas
PARÍS. Actualizado: GuardarEl presidente francés, Nicolas Sarkozy, reafirmó ayer que mantendrá el rumbo de la reforma de las pensiones en vísperas de dos nuevas movilizaciones sindicales, hoy y el próximo martes, contra el proyecto estelar de la segunda mitad de su mandato. El Elíseo ordenó el desbloqueo por la Policía de tres grandes depósitos de combustibles ante la amenaza de desabastecimiento a la población cuando la protesta se ha endurecido en los últimos días con paros en las doce refinerías del país, la anunciada entrada en liza de los camioneros y los incidentes registrados en las movilizaciones estudiantiles.
«Como jefe del Estado, mi deber es preparar el futuro» proclamó Sarkozy en una ceremonia de imposición de medallas a representantes del movimiento familiar. «El objetivo de esta reforma es garantizar a todos los franceses que su pensión y la de sus hijos podrán ser financiadas», argumentó. «Es un objetivo de justicia social, en especial para las pequeñas pensiones y los pequeños pensionistas. ¿Qué sería de ellos si mañana no hubiera dinero para pagar las pensiones?», se preguntó.
El presidente de la república reiteró que el Gobierno pretendía garantizar el regreso al equilibrio financiero del régimen de pensiones por reparto (contributivas) en 2018 gracias al retraso progresivo de la edad legal de jubilación de 60 a 62 años y de 65 a 67 para tener derecho al cobro de una pensión completa. Estas dos medidas, caballo de batalla del pulso social, ya han sido aprobadas por la Asamblea Nacional y por el Senado, que tiene previsto votar el proyecto de ley en su conjunto el próximo miércoles como hicieron sus colegas de la Cámara de los diputados el pasado 15 de setiembre.
Fuentes del Elíseo señalaron que la presidencia se muestra «vigilante» ante la evolución del movimiento de los alumnos de los liceos, que desde el pasado martes se han sumado a las protestas callejeras. El ministro del Interior, Brice Hortefeux, ha impartido a todos los prefectos (gobernadores civiles) instrucciones para limitar el uso de la fuerza a lo estrictamente necesario para sofocar los conatos de violencia en algunas manifestaciones estudiantiles. El jueves un bachiller de 16 años resultó herido de gravedad en el rostro por el impacto de una bala de goma disparada por agentes antidisturbios en Montreuil, localidad limítrofe con París.
A las autoridades les preocupa la integridad de los adolescentes participantes en manifestaciones espontáneas, mal organizadas y sin servicio de orden. A lo largo de la jornada fueron detenidas más de 150 personas en todo el país bajo la acusación de arrojar proyectiles a las fuerzas del orden o de infiltrarse en los desfiles para provocar disturbios. Según los sindicatos estudiantiles, unos 900 institutos están afectados por la protesta mientras que el Ministerio de la Educación rebaja la cifra a 306 de los 4.302 liceos existentes en el país.
El Gobierno, que no contempla medidas de racionamiento, insistió en que no habrá penuria de carburantes a corto plazo ante los fenómenos de acaparamiento en las gasolineras que ha disparado la venta de combustibles en un 50% en la última semana. La empresa gestora de los aeropuertos de París aseguró disponer de reservas para varios días tras el corte de suministro del oleoducto que alimenta las terminales de Roissy y Orly así como una zona de la capital francesa.