PODER

Lo que ocurre es que el verbo 'poder' posee dos significados que, con frecuencia, confundimos los aficionados y que, quizás, los emplea mal el entrenador. Esta palabra sirve para designar «la capacidad para realizar una acción» y, también, para expresar «la posibilidad de que ocurra un episodio o el contrario». Cuando en las previas, tanto frente al Betis B como frente al Polideportivo Ejido, Vidakovic nos dijo que este Cádiz tenía 'poder' para derrotar a los dos equipos, entendimos que se refería al primer sentido, pero a ninguno se nos pasó por la cabeza que también contemplara la 'posibilidad' de perder los dos. En las declaraciones tras el partido contra el equipo almeriense, afirmó de manera rotunda, que esto no 'puede' volver a repetirse. Sería un grave error que llegáramos a la conclusión de que existe una imposibilidad real, porque, si por cualquier otra circunstancia, el equipo pierde, la frustración sería aún más grave. Estamos de acuerdo en que esto no 'debería' volver a repetirse pero, si el equipo sigue jugando de la misma manera, las posibilidades de salir derrotado irán aumentando. Nos ha llamado también la atención que aludiera a la falta de oficio de los jugadores: todos sabemos que, en este encuentro, los catorce profesionales que saltaron a la cancha cuentan con dilatada experiencia en las diferentes divisiones. Estoy convencido de que ninguno de ellos escuchará por primera vez las lecciones teóricas que, probablemente durante esta semana, el entrenador les explicará sobre la administración del tiempo cuando el equipo vaya ganando. En mi opinión, el problema no se soluciona con clases teóricas sino en la adopción de decisiones que logren un cambio de actitudes de los jugadores y de estrategias defensivas en las que participe todo el equipo. Hemos de partir del supuesto elemental de que este Cádiz puede ganar a cualquier equipo de su grupo pero que también puede perder con cualquiera de ellos. Vamos a ver qué ocurre frente al Ceuta.