Sociedad

Familiares y amigos acudirán a la capilla ardiente, instalada en el Teatro Español

MADRID. Actualizado: Guardar
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La capilla ardiente de Manuel Alexandre estará instalada hoy en el Teatro Español entre las 10.00 horas y las 17.00 horas por deseo de la familia, según confirmaron ayer fuentes del teatro. Tras el homenaje público en el teatro donde debutó durante la Guerra Civil, el cuerpo de Alexandre será trasladado al Cementerio de la Almudena para proceder a su cremación.

El actor falleció ayer a las siete horas a causa de un shock séptico en el Hospital USP San Camilo de Madrid, donde llevaba ingresado en el servicio de medicina interna desde el pasado mes de septiembre, según informó el hospital en un comunicado. Alexandre se convirtió en vida en uno de los intérpretes históricos del cine español. Nació en Madrid el 11 de noviembre de 1917 y, después de finalizar los estudios secundarios, comenzó la carrera de Derecho en su ciudad natal. Sin embargo, abandonó la facultad tras el estallido de la Guerra Civil (1936-1939) y, después de la contienda, ingresó en la Escuela de Arte Dramático de Madrid.

Sus actores elogiaron ayer a su compañero. Según Álvaro de Luna, «se nos va una persona que ha dedicado todos sus esfuerzos no a ganar dinero o tener una gran casa, sino a llenar a los espectadores de emociones». Para el director Juan Luis Cuerda era «un ser maravilloso. Un hombre de una enorme ternura que sabía administrar con pudor. Le agradezco que con sus interpretaciones haya mejorado algunas de mis películas».

«No he conocido a nadie más transparente y sencillo que él», apuntaba José Sacristán, gran amigo suyor. Muchos compañeros coinciden en la vitalidad que caracterizaba al actor. «Cuando se trabajaba con Alexandre se aprendía mucho, pero hay una cosa en él que era excepcional: la energía que desprendía, tan especial, y que enseguida te contagiaba. Nos quedamos muy huérfanos. Es como si las bombillas más luminosas del café Gijón se fueran apagando. Era gozoso llegar a la mesa de Manolito, pero ya quedamos pocos supervivientes».