Manuel Alexandre no iba a espectáculos, veía muy poco cine, lo mismo que televisión, y no leía periódicos, pero no faltaba a las tertulias del Café Gijón, en la imagen, que frecuentaba desde 1942 :: EL CORREO
Sociedad

Un secundario imprescindible

Manuel Alexandre, uno de los más reconocidos actores de reparto del cine español, fallece a los 92 años con más de 300 películas

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De secundario a fundamental. De fundamental a imprescindible. En el cine, el teatro y la televisión. Manuel Alexandre ha sido durante 60 años uno de los rostros más reconocidos del panorama interpretativo español, que ha perdido una de las caras habituales en las salas de cine y en los hogares españoles. El actor falleció a las 7.30 del martes en el madrileño hospital de San Camilo después de luchar durante meses contra un cáncer.

Tenía 92 años y deja para el recuerdo más de 300 películas, series de televisión e infinitas funciones de teatro. Precisamente en las tablas del Teatro Español, donde debutó en 1945, se instalará la capilla ardiente este miércoles (de diez a cinco) para recibir el cariño de su público y de sus compañeros. «Tenéis en mí no a un amigo, sino a un hermano», confesó emocionado a sus colegas (igual de conmovidos) cuando recibió hace un año la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio, su último galardón. Después será trasladado al cementerio de La Almudena para su incineración.

Alexandre (Madrid, 1917) fue un actor secundario con una capacidad innata, que solo tienen los grandes artistas, de convertirse en el dueño de las escenas. Y eso que tonteó con otras especialidades antes que la interpretación. Lo intentó con el Derecho, quiso ser aparejador y periodista, pero la Guerra Civil y Fernando Fernán-Gómez se cruzaron en su camino. Gracias a su «hermano» (así lo llamaba él), ingresó en la Escuela de Arte Dramático de Madrid, donde se formó junto a Fernán-Gómez y Rafael Alonso. «Lo mío no es vocacional porque acompañé a un amigo del cuartel a una prueba, recité un verso y como salió bien, pues hasta ahora. Esta profesión me ha dado muchas satisfacciones y me ha permitido vivir holgadamente», recordaba el actor en una entrevista.

En 1947 debutó en el cine con 'Dos cuentos para dos', de Luis Lucía; y cuatro años más tarde formó parte del elenco de 'Bienvenido Mr. Marshall'. Era el comienzo de una relación con Luis García Berlanga que se prolongó durante 40 años. Colaboraron en algunas de las películas más importantes del cine español como 'Calabuch' (1956), 'Plácido' (1961) o 'El verdugo' (1963). Berlanga también sacó partido del cómico en 'Vivan los novios' (1969), 'Tamaño natural' (1974), 'Todos a la cárcel' (1993) y 'París Tombuctú' (1999). También es recordado su papel en 'Atraco a las tres' (José María Forqué, 1962) con otros dos de los grandes actores españoles: José Luis López Vázquez y Agustín González. Con sus dos amigos coincidió en los 90, cuando llegaron las televisiones privadas y se comenzaron a producir más series. González, Vázquez, Alexandre y Fernán-Gómez, todo un lujo de reparto, rodaron junto a Antonio Resines o Anabel Alonso de 'Los ladrones van a la oficina'.

Goya y televisión

Alexandre conoció la locura de los 'fans' a comienzos de los 80, cuando aceptó ser el profesor don Matías en 'La guerra de los niños' (Javier Aguirre, 1980) y sus posteriores secuelas junto al grupo infantil Parchís. A finales de los 80, José Luis Cuerda le llamó para trabajar en 'El bosque animado' (1987), una de las películas más aclamadas del cine español, tanto a nivel nacional -logró cinco goyas- como a nivel internacional. Después llegaron las series de televisión, las continuas obras de teatro y las colaboraciones en películas como secundario de lujo.

Su trayectoria fue reconocida por la Academia de Cine en 2003 con el Goya de Honor. «Echo de menos no haber interpretado más roles heroicos. Me han dado muchos papelitos cómicos porque como me veían simpático...Yo nunca me he sentido así, por lo que tuve que aprender a reír, hablar y sentir como si lo fuera», se explicaba el actor. «Tengo una desgracia porque no creo en mí, no siento esa sensación de ser algo importante, no tengo ese sentimiento», reflexionaba Alexandre, quien, a pesar de la edad, siguió trabajando y logró una candidatura al mejor actor para los Goya de 2006 por su interpretación en 'Elsa y Fred'.

Aunque su último gran papel lo bordó en la televisión, cuando se metió en el pellejo del caudillo en '20 N: Los últimos días de Franco', a Alexandre también le dio tiempo para trabajar con una nueva hornada de actores cómicos en 'Campamento Flipy', su última aparición en el cine.

Sólo le quedó un deseo por cumplir: llegar a los 101 años, como su padre. Le faltaron poco más de 8, ya que el próximo 11 de noviembre habría cumplido los 93. Sus amigos, o «hermanos», ya echan de menos a 'Manolito', el secundario imprescindible al que ayer se rindió también toda la clase política. «Mi querido Manolo Alexandre nos deja muy solos», se lamentó el presidente Zapatero. Su «talento innato», en palabras de Mariano Rajoy, y su «poderosa personalidad», subrayó esperanza Aguirre, dejarán también un hueco inmenso en el Café Gijón. «No voy a ver espectáculos, veo muy poco cine y casi nada televisión, y tampoco leo los periódicos. No me hace falta. A lo que no falto es a las tertulias del Café Gijón, a las que voy desde 1942».