En septiembre del año pasado comenzaron a desarrollarse las obras y sólo un mes después el Tribunal Supremo las paralizó. :: A. VÁZQUEZ
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El parque de Las Aletas sigue sin gustar a los ecologistas

Adena y Ecologistas en Acción plantarán batalla otra vez al proyecto, que trata ahora de salir a flote con cambios en su urbanización

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La nueva reordenación urbanística de Las Aletas tampoco convence a las organizaciones ecologistas. Los principales colectivos están en contra de que la vieja marisma de Puerto Real se convierta en un parque industrial en mitad de la Bahía y plantarán batalla otra vez para que el proyecto se detenga. La organización Adena ya lo consiguió en octubre de 2009. El Tribunal Supremo atendía, entonces, un recurso del colectivo ecologista -presentado en julio de 2007- y paralizaba en seco las obras. Este fallo dio al traste con diez años de trámites en favor del tercer parque logístico de Andalucía y ha obligado a las administraciones públicas a cambiar el proyecto y ajustarlo a las directrices marcadas por el Alto Tribunal. El Supremo detectó defectos de forma en su tramitación y destacó que el parque vulneraba la Ley de Costas.

Los ecologistas encontraron, por tanto, un resquicio legal para frenarlo. Denunciaron una reserva de terreno para uso industrial en zona de dominio público marítimo-terrestre. El Supremo les dio la razón, pero dejó la puerta abierta a la continuidad del parque. Las administraciones tenían que justificar con más detalle el interés social de Las Aletas para ocupar 527 hectáreas en una zona sensible.

El Consorcio de Las Aletas ha logrado apuntalar el proyecto un año después del fallo judicial. Un informe de la Abogacía del Estado reconoció, en enero de 2010, que era viable si se corregían los defectos detectados. De esta forma, el Consorcio puso en manos de la consultora Tragsa, que depende del Ministerio de Medio Ambiente, la redacción de un nuevo plan urbanístico que cumpliera a rajatabla con las órdenes medioambientales. La presidenta del Consorcio, Juana Lázaro, presentó el pasado viernes en Cádiz, algunas claves del informe de Tragsa y adelantó que la protección de la zona pasaba de 120 a 140 hectáreas, en detrimento del área dedicada a logística y transporte. Resta ahora encajar otros usos. El vicepresidente del Consorcio, Luis Pizarro, insistió en que los trámites llevan su tiempo «aunque marchan con celeridad», pero declinó dar una fecha para el inicio de las obras. Tanto Juana Lázaro como Luis Pizarro coincidieron en advertir que no habrá más fallos en este segundo intento por sacar adelante el parque.

Regenerar y no degradar

Sin embargo, el nuevo curso que ha tomado Las Aletas no goza de las simpatías de los ecologistas. El secretario general de la organización Adena, Juan Carlos del Olmo, aclaró ayer que la solución al problema no pasa por degradar aún más la zona sino en regenerarla y devolverle su hábitat tradicional como zona de marisma. El dirigente ecologista aludió al recurso ganado en octubre de 2009 y dijo que la organización elevará a su servicio jurídico los nuevos movimientos que ha iniciado la Administración para sacar adelante el proyecto de parque empresarial.

Según Del Olmo, «no hemos llegado hasta aquí para aceptar finalmente una ampliación de la zona de protección». «No es una cuestión de más o menos hectáreas protegidas. Al contrario. Las Aletas debe mantener su condición de marisma», según la dirección de Adena. Por su parte, Del Olmo recordó, otra vez, el dictamen del Supremo que avala su recurso y señaló que el fin último de las administraciones públicas es «velar, proteger y garantizar el uso del dominio público».

Esta tesis también la comparte la organización Ecologistas en Acción, que se muestra partidaria de reinundar Las Aletas y convertirla de nuevo en marisma. Daniel López, representante de este colectivo en la provincia, señaló ayer que el informe de Tragsa «trata de bendecir un proyecto antiecologista que no saldrá adelante». En su opinión, la provincia cuenta con suelo industrial suficiente para albergar un complejo de estas características, «es el caso del polígono de Las Salinas, en El Puerto». Según López, la inversión en Las Salinas sería menor que en Las Aletas. Adelantó que las principales organizaciones ecologistas del país, incluida Greenpeace, plantarán cara con acciones legales.

Para Ecologistas en Acción, el espacio de Las Aletas goza de un alto valor ecológico. López subrayó que su organización no está en contra del desarrollo ni del progreso económico de la Bahía, pero «Las Aletas debe mantener su función de marisma». Tampoco vale la medida que argumentan ahora las administraciones públicas de ampliar la zona de protección total en 20 hectáreas más. Según López, la oposición es tajante al proyecto y «hay otras alternativas».