Trump tiene una fortuna de 1.450 millones de euros. :: AP
Sociedad

Donald Trump va a por todas

El multimillonario estadounidense sopesa seriamente competir por la candidatura republicana a la Casa Blanca en 2012

NUEVA YORK. Actualizado: Guardar
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En Estados Unidos cualquier persona puede llegar a ser presidente. Es el país de las oportunidades y sus ciudadanos lo llevan tatuado en el ADN de sus ideales. Como ha quedado demostrado en más de una ocasión, da igual que uno no esté versado en el arte de la política. Hollywood ha contado tantas veces esta historia que ahora nadie se sorprende de que una fotogénica señora que vende como principal virtud su condición de madre y ama de casa ejemplar esté en puertas de disputarle a Obama el sillón de la Casa Blanca en 2012. Sarah Palin no ha anunciado aún su candidatura, pero sus múltiples apariciones públicas junta a las combativas mujeres del Tea Party no hacen más que reforzar esa idea.

Las encuestas le otorgaban hasta ahora serias posibilidades de éxito en su carrera por liderar a los republicanos en la reconquista del poder. Pero como en Estados Unidos todo es posible, a última hora igual se encuentra a un inesperado rival que encarna a la perfección el sueño americano y nunca ha conjugado el verbo perder en primera persona: Donald Trump.

Acostumbrado como está a los negocios inmobiliarios -suyos son algunos de los edificios emblemáticos de Nueva York, como el Empire State o la Torre Trump en la Quinta Avenida-, este multimillonario hecho a sí mismo ha puesto ahora sus ojos en una de las fincas más codiciadas del mundo: el 1600 de la Pennsylvania Avenue en Washington, a cuyo actual inquilino los republicanos más conservadores quieren desalojar como a un okupa indeseable.

«Por primera vez estoy pensando en luchar por la presidencia», ha confesado en una entrevista en la cadena Fox, el mejor altavoz para llegar a los votantes de derechas. No es la primera vez que este polémico personaje, con una trayectoria empresarial y personal salpicada de escándalos, entra en las quinielas republicanas, si bien nunca había visto tan clara su oportunidad. Al igual que Palin, el magnate trata de abrirse un hueco en el agitado proceso de transformación que viven los conservadores, que, aunque en Europa parezca mentira, aún añoran a Bush.

Tras definirse como miembro del Partido Republicano de toda la vida -pocos lo dudaban-, ha descartado tajantemente que vaya a usar su fortuna para montar una candidatura independiente como ya hicieran en su día otros millonarios como Ross Perot o Steve Forbes. «Esta vez lo estoy considerando muy en serio porque no puedo soportar lo que está pasando en este país», ha declarado, dejando entrever que posee la fórmula mágica para erradicar la crisis económica y otros males.

Con una fortuna personal estimada de 1.450 millones de euros, Trump cumple a la perfección con el perfil de algunos de los últimos presidentes norteamericanos: su biografía está trufada de escándalos, tanto económicos -la compañía de la que presume sobrevivió milagrosamente a una quiebra en los noventa- como de faldas. Ése es su verdadero punto débil... o fuerte, según se mire. Ahí están las andanzas de la familia Kennedy o de Bill Clinton para atestiguarlo. De momento, Trump se ha casado tres veces con otras tantas bellas modelos, y en todos sus matrimonios se coló alguna amante que lo echó todo a perder. A sus 64 años parece haber encontrado la estabilidad con la eslovena Melania Knauss, que, si su marido logra lo que se propone, se convertirá en la primera dama. El sueño americano, hecho realidad.