Un artista
Actualizado: GuardarEl presidente Rafael Correa ha sabido explotar muy bien a favor de su imagen la insubordinación policial ocurrida el jueves en Ecuador. En lugar de frenar el amotinamiento con diálogo o por medio del ejército, Correa desde un principio se ofreció como víctima a los manifestantes, con su característico histrionismo, incitándolos de manera irresponsable al asesinato. Al dirigirse al hospital de la Policía puso en peligro la institucionalidad y retó peligrosamente a los amotinados facilitando su retención para, luego de un rescate cinematográfico, reaparecer en el palacio de gobierno como víctima de una conspiración. Todo un artista de Broadway.