Lorenzo salta de alegría al acabar la carrera. :: AP
Deportes/Motor

Jorge Lorenzo, el mejor piloto del mundo

El mallorquín logra el título de la categoría reina, y Elías se convierte en el primer campeón de Moto2 en un día histórico

SEPANG. Actualizado: Guardar
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10-10-2010. El motociclismo español ya tiene otra fecha para recordar. Ese es el día que Jorge Lorenzo se convirtió en el mejor piloto del mundo. La jornada que el mallorquín cumplió «un sueño» y volvió a romper registros. En su segunda temporada en la categoría reina le sobraron tres carreras para tocar el cielo. En el circuito de Sepang. Con una tercera plaza en el Gran Premio de Malasia. Le bastaba con ser noveno, pero no se podía permitir que el día más grande de su vida le dejaran fuera de la foto. Incluso intentó ganar la cita, pero esta vez la cabeza fría pudo con el corazón caliente. No era cuestión de arriesgar ante dos rivales que tenían bastante más en juego. De convertir un sueño en pesadilla. Ganó Rossi, que no lo hacía desde abril y necesitaba una inyección de autoestima, seguido de Dovizioso, que se está jugando las lentejas del próximo año.

Pero el verdadero protagonista fue el balear. El más regular de la temporada, el futuro del motociclismo, el que ha conseguido enfadar al mejor piloto de la historia hasta el punto de hacerle abandonar Yamaha. Se impusieron el martillo y la mantequilla que aplica a sus rivales en una campaña para enmarcar. En lo que lleva de campeonato -quince carreras- sólo ha quedado en dos ocasiones fuera de los tres cajones por los que se asciende a la gloria. «Es alucinante, no puedo pedir más», resumió. «Hay que celebrarlo a lo grande, porque estas horas no las vamos a vivir nunca», añadió.

Tenía razón. Hubo que esperar once años después de que Álex Crivillé consiguiera el primer título. Cuando ganó en el cuarto de litro, Lorenzo se pensaba que ya era feliz para el resto de su vida. Pero ayer domingo comprobó que existe un punto más álgido al que sólo pueden acceder lo elegidos. Los que hacen la historia de las dos ruedas. Y él ha entrado en ese círculo predilecto. Fue una jornada de sensaciones. El trabajo anterior posibilitó que los resultados quedaran en un segundo plano. «Después de esto, puedo dormir y morir tranquilo», sentenció.

Porque solo él sabe lo que cuesta alcanzar la gloria. Las caídas, los malos tragos y los momentos difíciles que ha tenido que superar para que se le iluminara el semblante y degustara el sabor del trabajo bien hecho. Por eso, cuando llegó la hora de dedicar el título su discurso fue largo. «Se lo agradezco a mi padre que me inculcó el amor por las motos, a mi madre por su cariño, a los 'team managers' que he tenido y al equipo, que han hecho un trabajo siempre impecable y me han permitido luchar sin problemas con la moto. A mi club de fans, que aprecian mis virtudes y entienden mis defectos. Y a Shoya Tomizawa, al que no le pude dedicar la carrera de Aragón».

El talento unido a la búsqueda de la perfección ha sido el cóctel perfecto que le ha dado «lo máximo». Aquel renacuajo que con tres años pilotaba por encima de las leyes de la física se ha hecho mayor veinte temporadas después. Ha tocado el cielo a base de tesón, sin importarle lo que piensen los demás. «Todas las personas tienen un sueño. Todo el mundo tiene un talento; sólo hay que encontrarlo y luchar».

Y para no ser menos que en otras ocasiones, Jorge Lorenzo preparó una celebración para el título mundial. Esta vez fue menos espectacular que en otra ocasiones pero con mayor simbolismo. Dos de los integrantes de su equipo se vistieron de Mario Bross y él exhibió un cartel con el texto 'Game Over'. El campeonato ha terminado.

Elías se apellida Justicia

No fue el único que rió ayer. Toni Elías se apellida Justicia. De segundo. El motociclismo pagó su deuda con la sonrisa del Mundial. Es el primer campeón de la historia de Moto2. Ayer a las 9.00 horas el catalán lloró de alegría. Antes de subir al podio en solitario. Cuando disfrutó con los suyos en el parque cerrado. Después de decir que era «increíble» y que se lo dedicaba a su familia y a todo el que hubiera hecho «algo por mí». Sentado detrás de los paneles de publicidad que secundan los tres escalones de la gloria, al de Manresa también se le escaparon las lágrimas porque se dio cuenta de lo que había hecho.

Atrás quedaron todos los sinsabores. Por fin tuvo su momento de gloria. Después de tantos años de pelea. De reivindicación, porque todavía nadie se explica cómo un piloto de semejantes características tuvo que despedirse de la categoría reina como lo hizo. Después de lo que había luchado y demostrado. Tuvo que bajar un peldaño para darse un nuevo empujón. Sacar lo que llevaba dentro para volver a estar entre los elegidos, aunque todavía está por ver qué moto y qué equipo se hace con sus servicios. Pero eso será más tarde. Este domingo tocaba disfrutar de un título, con su familia, presente en el circuito de Sepang, y con todos los integrantes de su equipo que le habían hecho campeón. Porque Elías es un piloto agradecido.

Concluyó cuarto. Por detrás de Rolfo, De Angelis e Iannone, que por este orden coparon el podio. Pero el único que podía retrasar su celebración, Julián Simón, estaba muy detrás para hacerlo. El de Villacañas cedió a falta de una docena de vueltas para el final. Primero libró una caída tras una frenada y luego se fue por los suelos para dejar el camino libre al catalán.

Elías lo intentó. Buscó entrar entre los tres elegidos. Tuvo algún cuerpo a cuerpo pero no era cuestión de que una imprudencia le arrebatara la gloria. Toni Elías Justicia ya es campeón.

Campeón español en 125 cc

En 125 cc también habrá campeón español. Marc Márquez ya es líder de la pequeña de las cilindradas tras su octava victoria. El de Cervera está un pasito más cerca del objetivo. Pero quedan tres carreras y todo sigue en el aire. Espargaró, segundo y Terol, tercero, todavía tienen cosas que decir. Esto no se ha acabado. El título sigue en el aire. Pero ya hay una cosa cierta. Será español. La cuarta plaza de Efrén Vázquez este domingo en Sepang lo hizo posible.