Las luces han vuelto a encenderse después de que se apagaran hace unos meses y se ralentizara la obra. :: ANTONIO VÁZQUEZ
Ciudadanos

El puente recupera el turno de noche

Los trabajos se centran ahora en la instalación del tablero en la orilla de Cádiz, en la pila central y en Río San Pedro La actividad nocturna en la obra cesó a mediados del pasado junio tras el frenazo del proyecto

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La obra del segundo puente de Cádiz ha recuperado totalmente el ritmo de trabajo después de casi cuatro meses de parón. La incorporación del turno de noche al tajo ha dado de nuevo alas al proyecto, que trata de recuperar el tiempo perdido entre junio y septiembre. Los ingenieros se afanan ahora en aprovechar al máximo el buen tiempo que brinda el otoño y culminar antes de que llegue el invierno algunos de los trabajos más delicados de la estructura. El frenazo que sufrió la obra en junio paralizó en seco la tarea prevista para acometer durante los tres meses de verano. Una de estas actuaciones se centraba, sobre todo, en la pila central y en la orilla de Cádiz. Todo estaba preparado para colocar el tablero hasta la pila nueve, donde comienza el tramo móvil o desmontable del puente.

El portavoz de la Comisión de Fomento y diputado del PSOE por Cádiz, Salvador de la Encina, avanzó hace dos semanas a este periódico que la obra arrancaría octubre al cien por cien de su intensidad. El tercer turno se ha incorporado en los últimos días y la actividad es frenética en la orilla de Cádiz, donde las grúas tratan de fijar el primer tramo del tablero que se instalará sobre el mar. Unos potentes reflectores en mitad de la Bahía y frente a la glorieta de El Corte Inglés iluminan la zona de obras. El trabajo de ingeniería pasa ahora por la colocación de 542 metros de estructura hasta la pila nueve. El inicio de esta fase se había previsto para junio de este año, sin embargo, comenzó a mediados del pasado septiembre con casi cuatro meses de retraso. Su culminación estaba marcada en el calendario de la obra para enero del año que viene. La colocación del tablero se hará por la técnica del empuje. Es decir, se construirá en la orilla de Cádiz a razón de tramos de 75 metros de longitud y dos plataformas lo irán desplazando desde el agua hasta su colocación entre las pilas. Al mismo tiempo se construirá el siguiente y se irá desplazando de forma continua hasta completar el medio kilómetro.

La visita del ministro de Fomento, José Blanco, a Cádiz el pasado 24 de agosto marcó el antes y el después de la obra del segundo puente. La adjudicataria de los trabajos, Dragados, frenó en seco la obra el 3 de junio debido al impago de dos certificaciones de obras. El anuncio del ministro de un recorte de 3.500 millones de euros en los proyectos de obra pública alertaba a las grandes constructoras, entre ellas Dragados, ante un más que probable frenazo de la inversión. La medida del tijeretazo obedecía a la contribución de Fomento a reducir el déficit público. El Gobierno de la Nación nunca admitió el parón de las obras, sólo una ralentización, y aclaró que se trataba de un proyecto clave y prioritario. Sin embargo, la actividad caída por días. Mientras tanto, los socialistas gaditanos garantizaban la viabilidad de la obra y el cumplimiento de los plazos.

A finales de julio, el ministro compareció en la Comisión de Fomento y anunció la salvación del puente del tijeretazo, pero no se atrevió dar una fecha de terminación de la obra. Su visita a Cádiz cambió el discurso. Blanco había sacado dinero para continuar con la obra y anunciaba la inversión de 82 millones de euros.

Finalmente, la obra ha recuperado el pulso y, según algunos trabajadores, desde finales de septiembre «va como una moto».