TIEMPOS REVUELTOSSAN DIONISIO ESTÁ 'MOSCA'
Allí en el cielo el revuelo entre los jerezanos ilustres ha sido monumental con lo del PendónLa Junta ha ofrecido a sus empleados de Justicia trabajar horas extra por la tarde; quizá debería haberlo hecho con parados
Actualizado: GuardarEscribo esta gacetilla con la que me empeño en castigarles todos los domingos, mientras en la calle están cayendo palanquetas de punta. Qué manera de llover. Y me acuerdo del río Guadalete, y, aunque hace tiempo que desconfío del poder milagroso de la Providencia, caigo en que hoy (ayer para el lector) es San Dionisio, el patrón de Jerez. Miro al cielo y le digo: «Dioni, compadre, enróllate y no permitas que las criaturitas que viven cerca del río de pongan otra vez de barro hasta la colcha». Y me imagino que él me responde. Es evidente que comienzo a desvariar, pero. ¡y lo bien que me lo estoy pasando! No todos los días tiene uno la oportunidad de echar un ratito de charla con un santo. Noto que el bueno de Dionisio está 'mosca'. Claro, para un día que tiene el pobre al año vaya tiempecito que le ha tocado en suerte. Le sugiero que le pida explicaciones a San Pedro y, de camino, que le aparte de un soplido las nubes y le deje una tardecita agradable. Pero nuestro patrón no está cariacontecido por el tiempo. Es algo de más calado. Primero me dice que no me preocupe, que este año de inundaciones, nada de nada. ¡Uf! Respiro tranquilo. Después, pone cara de póker, se coloca la mano delante de la boca a modo de pantalla, y susurra vigilando de reojo por si alguien le está mirando: «Vaya tela lo del Pendón». Acabáramos. Normal. Está que no se lo cree. Todo este tiempo ha estado de pie, pero decide sentarse, se remanga la túnica y me dice: «Mira, ese Pendón es del siglo XIV. Los cristianos se lo ganamos a los benimerines en la Batalla del Salado, en 1340. Desde entonces hasta ahora, imagínate. Ha pasado por incendios, epidemias, riadas, guerras.ha sido objeto de traiciones, luchas de poder, conflictos fronterizos. Y ha aguantado 700 años. Hasta hoy». La situación es un poco incomoda. San Dionisio está que trina y yo no sé qué decirle. «Yo de vez en cuando le echaba un ojo», continúa, «pero, claro, en 700 años es normal que de vez en cuando te despistes un poco, y en uno de esos despistes desapareció». Por lo visto, allí en el cielo el revuelo entre los jerezanos ilustres ha sido monumental con lo del Pendón. Me cuenta nuestro patrón que nadie se lo explica, y que hay cierto temor a que se repitan episodios similares. Según San Dionisio, «Primo de Rivera está descompuesto. Dice que cualquier día de estos se despierta en su estatua de la plaza del Arenal y le han cambiado el caballo por una mobylete de segunda mano». Al parecer, no es el único que está un poco nervioso. El otro día oyeron a Lola Flores y la Paquera hablando entre ellas de que últimamente hay gente muy extraña por el barrio de San Miguel y por la Plazuela. «El que se ha llevado el Pendón es capaz de venir cualquier noche, coger unas de nuestras estatuas y venderla el peso en el chatarrero de la carretera del Calvario. Hazme caso, Lola, ten los ojos muy abiertos». Se está haciendo tarde. San Dionisio no quiere perderse el solemne traslado del Pendón -aunque se trate de una copia- y mira el reloj. «Me tengo que marchar, pero a ver si os enteráis los periodistas qué ha pasado con el Pendón. Hay dos opciones: o un listo lo tiene decorando el salón de su casa; o alguien lo confundió con un trozo de tela viejo y lo cortaron a trozos para paños de limpieza». Antes de que se marche, le pregunto si puede hacer algo este año para que el Xerez nos dé otra alegría en forma de ascenso. No me dice nada, pero me guiña el ojo y sonríe. Me da buena espina. Y yo me quedo pensando en el disgusto tan grande que tiene San Dionisio y en que aquí en la tierra alguien debería responder por la pérdida de un elemento tan valioso de la historia de la ciudad. Supongo que la policía investigará si ha sido un robo, porque en ese caso estaríamos hablando de un delito contra el patrimonio. Y si se ha extraviado, habrá que pedirle cuentas a alguien ¿no? Pase que estemos escribiendo el presente de esta ciudad con renglones torcidos, pero ya sería demasiado que nos cargásemos de una forma tan gratuita nuestro glorioso pasado. Hay que aclarar lo sucedido. Se lo debemos a San Dionisio.