España da por cumplida su misión en Bosnia y se retira tras 18 años
36.000 militares han estado desplegados en la zona desde 1992, contribuyendo a la pacificación de un país que camina hacia la UE
MADRID. Actualizado: GuardarBosnia, misión cumplida. Tras 18 años de presencia militar en el país balcánico, España prepara la salida del último contingente desplegado en la base 'Camp Butmir' de Sarajevo, cuartel general de la Fuerza de la Unión Europea (EUFOR). Los 134 soldados presentes en la actualidad en Bosnia, en su mayoría de la Fuerza Expedicionaria de la Infantería de Marina, finalizarán su relevo esta semana y regresarán a casa. Pondrán así el broche a la operación exterior más longeva y una de las más exitosas para las Fuerzas Armadas, en la que han participado unos 36.000 militares. La retirada, en todo caso, no será definitiva, ya que el Ejército de Tierra contribuirá con unos 30 efectivos a la nueva fase de formación y adiestramiento del ejército bosnio.
El último capítulo de la misión militar se escribirá el próximo fin de semana con el simbólico acto de transferencia del poder a las autoridades locales. España tendrá un lugar preferente en el acto, ya que el mando del batallón multinacional de la EUFOR, que integra a diferentes unidades de Austria, Polonia, Hungría, Turquía y España, lo lidera el teniente coronel José Manuel Estévez. El Ejército, a su vez, contribuye con los 134 militares dispuestos en equipos de observación y enlace, una sección de reconocimiento, un elemento de apoyo logístico nacional y un equipo de guardias civiles que forma parte de la Unidad Internacional de Policía.
A diferencia de la inesperada salida de Kosovo, anunciada por la ministra Carme Chacón en marzo de 2009 y consumada en verano pese al malestar de la OTAN, los planes para abandonar Bosnia son antiguos. En 2007, tras comprobar la mejora de la seguridad en el país y en la región, la UE decidió reducir de forma sustancial sus efectivos. En mayo de 2008 los estados miembros acordaron transformar la operación en una misión no ejecutiva para adiestrar a las fuerzas armadas bosnias. Y en diciembre pasado Chacón confirmó en el Congreso que los objetivos militares «habían sido alcanzados».
El progresivo repliegue del contingente español comenzó en febrero, cuando estaban desplegados 262 soldados. Entonces se retiró la sección de la compañía de maniobra, compuesta por 38 efectivos. En junio una sección de reconocimiento y en septiembre el personal de los cuarteles generales. La siguiente fase finalizará esta semana y llega tras las elecciones presidenciales del pasado 3 de octubre, el simbólico punto y seguido elegido por la UE para concluir su estancia en los Balcanes. La propia jefa de la diplomacia europea, Catherine Ahston, reafirmó su apoyo para que Bosnia forme parte del proyecto comunitario tras el transcurso «tranquilo» del proceso electoral.
Largo camino
Lejos queda aquel 14 de septiembre de 1992, cuando el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó el envío de fuerzas multinacionales en misión humanitaria a Bosnia-Herzegovina, donde el horror de la guerra y el sufrimiento de la población civil habían hecho acto de presencia desde abril. Bajo el paraguas de la ONU, 400.000 cascos azules de 35 países actuaron a lo largo de más de tres años -el tiempo que duró la guerra- en la pacificación de la región.
Tras concluir el conflicto con la firma de los Acuerdos de paz de Dayton, en noviembre 1995, la misión de Naciones Unidas pasó a manos de la OTAN. La finalidad era cumplir con el desarme y la neutralización de los bandos combatientes. En 2005 la UE asumió el mando y añadió a este objetivo una dimensión política, con programas de asistencia y misiones policiales de observación.
En ese periodo hasta siete agrupaciones españolas se desplegaron en los Balcanes con un cometido humanitario: evacuación de refugiados y heridos, intercambio de prisioneros y mediación entre bandos contendientes. De forma posterior pasarían a asumir labores de seguridad y de reconstrucción, como el puente de Mostar o la Plaza de España de la ciudad donde están inscritos los 23 militares españoles fallecidos en la misión.
El coste de la operación militar en estos 18 años ha sido de 1.860 millones de euros, según anunció la ministra Carme Chacón el pasado diciembre en el Congreso. La mayor parte del gasto coincidió con los años más duros del conflicto, entre 1992 y 2002, mientras que en el último lustro, coincidiendo con el mando de la Unión Europea y la reducción de efectivos a partir de 2007, el coste fue de 40 millones.