La Señora volverá a su capilla en febrero. :: EVA LINDBERG
CÁDIZ

Una corona para la devoción callada

La orden espera que la distinción sea mucho más que un acto y sirva «para poner en marcha un proyecto permanente en Cádiz» Dolores Servitas inicia la segunda fase de la Coronación, un reconocimiento a sus 283 años de presencia en la ciudad

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A lo que ella provoca, lo llaman la devoción callada. La que no suena a saetas, no provoca fiestas a su paso y tiñe de negro la tarde del Viernes Santo. Pero también es la que estremece el corazón de los que la veneran. Con ese motivo bastaría para ceñir una corona de oro en las sienes de la Virgen de los Dolores. Sino fuera porque a esta fe desde el silencio se suma un valor histórico y artístico indudable tras 283 años de presencia de los servitas en la ciudad.

La luz verde del obispo Antonio Ceballos a iniciar la segunda fase del proceso de Coronación Canónica de Dolores Servitas ha llenado de alegría a los integrantes de la orden de la iglesia de San Lorenzo. Los servitas gaditanos sacan pecho y presumen de pasado con una presencia en la ciudad que contribuyó a constituir las comunidades servitas de Sudamérica y otras localidades de la provincia.

Sin embargo, la distinción también servirá para iniciar la parte más activa y laboriosa de la Coronación. Hasta la fecha, los servitas se habían encargado de realizar la petición (en julio de 2006) y colaborar con el Obispado para el informe. Ahora, los hermanos deberán elaborar un sinfín de proyectos. Por ello, la orden ya ha tenido en estos días la primera reunión para concretar todos los preparativos, como confirmó el prior de la orden, Miguel Puerta. Uno de los primeros informes que deberán realizar en San Lorenzo es el proyecto catequético. Un documento «dirigido a los fieles con el fin de preparar a la comunidad para tal acontecimiento, y que se deberá remitirse al Secretariado Diocesano de Catequesis», como resume el propio Puerta a partir de la Normativa Diocesana para las Coronaciones.

La orden deberá concretar hasta tres proyectos más -el artístico para el enriquecimiento de la corona, el de la obra social «como símbolo de caridad fraterna» y el de la celebración- que se remitirán a distintas áreas del Obispado para recibir su parecer. Uno de los que despiertan más expectación es el de la celebración, pero la orden tampoco quiere descuidar la obra social a realizar por lo que ya está contactando con distintos centros para definir su donación.

Con carisma servita

En cuanto a los actos que festejarán la coronación, Puerta prefiere guardar silencio «hasta que no estén definidos todos los puntos del proyecto que tendrán que ser aprobados por un decreto del obispo». Lo que sí explica es la intención de la orden de que sea una fecha entre finales de 2011 y durante todo el año 2012. Un año que podría servir «para destacar la proyección americana que ha tenido la orden de Cádiz». En cualquier caso, los actos a remitir al Secretariado de Liturgia «respetarán el carisma de Servitas» y se regirán por los principios la sencillez y la austeridad.

El prior servita tiene además otra idea muy clara: «La Coronación no es sólo el previo. Existe un 'post' que queremos que tenga vocación de permanencia en la ciudad y que sirva para demostrar la vinculación de la orden con Cádiz». Y para organizar todo ello son necesarios unos proyectos que aún no tienen fecha de terminación.

Lo único que tiene cita es la culminación de la capilla. Febrero del año próximo será el fin de unas obras que terminarán con la restauración del retablo de la Virgen, sufragado por la orden en colaboración con los hermanos interesados. Una contribución que devolverá todo el esplendor a la casa de la Señora de los Dolores. La Virgen lucirá mejor que nunca sobre su retablo dieciochesco. Ese día de febrero, ya sólo faltará la remozada corona. Una presea a la devoción callada más intensa de Cádiz.