Editorial

Poszapaterismo

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El presidente de Castilla-La Mancha, evidentemente nervioso ante la posibilidad de perder las próximas elecciones autonómicas, se ha desmarcado abiertamente de la línea oficial de su partido, ha exigido una «rectificación del rumbo» para evitar la «catástrofe» y, con el argumento de que es muy saludable limitar los mandatos a ocho años, ha sugerido que Rodríguez Zapatero descarte presentarse a las generales. La vicepresidenta Fernández de la Vega, por su parte, ha respondido a Barreda manifestando que «el presente y el futuro pasan por el proyecto que lidera Rodríguez Zapatero». Es razonable e incluso inevitable que el PSOE, preocupado por el gran desgaste que han experimentado el Gobierno y su presidente por la vacilante gestión de la crisis económica y por el durísimo ajuste que ha habido que aplicar, lleve a cabo un debate sobre la idoneidad de Zapatero, cuya autoridad se ha visto golpeada por las 'primarias' madrileñas. Sin embargo, aunque solo fuera por estética, cabría reclamar cierta elegancia en las formas, de modo que no quedara tan evidente que a los líderes territoriales les preocupa ante todo su posición de poder.