La familia de los toros, ayer, en el Senado. :: EFE
Sociedad

El Senado rechaza declarar los toros Bien de Interés Cultural

La Cámara Alta aduce que este asunto no le compete, pese al ferviente discurso del PP y el apoyo de empresarios y toreros

MADRID. Actualizado: Guardar
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Es difícil ponerse de acuerdo en un debate cuando cada cual habla de lo que le viene en gana. El Senado rechazó ayer, como ya estaba previsto, instar al Gobierno a convertir las corridas de toros en Bien de Interés Cultural. El PP y Unión del Pueblo Navarro votaron a favor. El PSOE y el PNV no dudaron en ensalzar el arte del toreo, pero votaron en contra. Y CiU y la Entesa, que hace escasas semanas blindaron en el Parlamento de Cataluña los 'correbous', dieron la puntilla al 'no'. Para algunos el debate era jurídico, para otros ético y para el portavoz popular en la cámara alta, Pío García Escudero, incluso poético. «Si yo fuera toro de lidia -dijo- preferiría mil veces morir después de 20 minutos en una plaza de toros , luchando y combatiendo».

El eje del asunto se encontraba en realidad en una moción presentada por el primer partido de la oposición al calor de la polémica que, el pasado verano, generó la prohibición de las corridas en Cataluña. El texto entraba en toda una disquisición legal acerca de las leyes que permitirían al Ejecutivo tomar una decisión como la que se reclamaba y, además, solicitar a la UNESCO que incluya los toros en el listado de Patrimonio Cultural Inmaterial. Pero García Escudero, que ya sabía cuál sería el resultado de la votación, ni siquiera se molesto en desarrollarlo.

No es habitual que el portavoz del PP intervenga en el debate de mociones como esta si no es para darle una relevancia especial.

Pero es que García-Escudero es un gran aficionado y habitual de las plazas, así que se empleó en la faena. Eludió el lenguaje farragoso de las leyes y los artículos y se apoyó en Miguel Hernández, Picasso o Federico García Lorca. Optó por explicar la historia del toreo, su relación con «los pueblos de Iberia» o apelar, como hizo, al arte de un hombre que como el pintor, el escultor, el compositor o el escritor interactúa con la «materia prima», solo que «tiene que improvisar, necesita la inspiración inmediata, ha de crear su obra de arte en 20 minutos sin posibilidad de corregir y en todo momento se está jugando la vida».

Intentó hacerlo bonito. Pero de nada sirvió. Primero vino el socialista Roberto Lertxundi para decirle que todo eso está muy bien y lo comparte, pero que son las comunidades las que tienen la competencia para declarar un evento como el de los toros Bien de Interés Cultural. A continuación, el portavoz del PNV, Iñaki Anasagasti, dio «dos orejas y el rabo» al socialista por haber defendido tan bien el papel de las autonomías y anunció su 'no'.

Los argumentos 'gore'

Sin embargo quien de verdad arruinó los esfuerzos plásticos del dirigente popular fue el portavoz de Entesa, el republicano Miquel Bofill. «El picador a caballo le clavará dos veces la pica, que le destrozará alguno de los principales músculos del lomo y del cuello y le abrirá grandes heridas ( )el toro cae agonizante, vomita sangre», describió. «Quizá los toros no tengan nuestros referentes culturales y nuestra imaginación a la hora de sufrir -remachó- pero su sistema nervioso les hace tan sensibles como cualquier mamífero, como nosotros, al dolor».

Abierta la espita de lo 'gore', García Escudero entró al trapo para embestir con las tradiciones taurinas catalanas y citó al decano de los veterinarios de España, Juan José Badiola, sobre los 'correbous' (el toro embolado, el toro ensogado, toros al mar ): «al toro le caen las brasa en los ojos, en el morro y en las patas produciéndoles quemaduras», dijo.

Según García Escudero si no existiera el toreo, ya podría cualquiera dejar de soñar con reencarnarse en bestia. La votación la perdió, pero al menos, hizo las delicias de invitados como el ganadero Victorino Martín, entre otros empresarios taurinos; el presidente de la Mesa del Toro, Carlos Núñez; y toreros como José Miguel Mora 'Joselillo', David Mora, Ángel Gómez Escorial y Valentín Mingo, que atendían desde la tribuna. Y, además, aún quedan tardes de toros , al menos dos, en el Congreso, donde el PP ha registrado sendas iniciativas sobre la cuestión.