Opinion

Mejor prevenir

Las advertencias del FMI a España obligan a administrar con cautela las cuentas de 2011

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El informe del FMI sobre las perspectivas de la economía mundial indica que el crecimiento español previsto para 2011 no superará el 0,7% del PIB. Tras coincidir con el Gobierno en cuanto a la finalización del presente ejercicio en un -0,3%, estima que la reactivación de la economía española será seis décimas menor que la contemplada por el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero para los Presupuestos Generales. El FMI anticipa un final de 2010 retraído y un principio de 2011 renqueante, lo que conduciría a una recuperación posterior necesariamente tímida. El hecho de que haya elevado la previsión para la zona euro a un 1,5% para el próximo año invita a la prudencia más que a la euforia en el caso español. El informe 'Perspectivas económicas mundiales' señala que las incertidumbres que acompañan a la economía se deben a su desequilibrio fiscal y a sus carencias de competitividad. Una reactivación al ralentí en el conjunto de países europeos y el tono bajo que presenta EE UU dificultarán que la economía española pueda abrirse paso a cuenta del mercado exterior. La persistencia de dudas respecto a la solvencia financiera de países como Grecia, Irlanda y la propia España exigirá el máximo celo en el control del déficit. Puede que el Fondo Monetario Internacional trate de mantenerse cauteloso respecto a las expectativas de algunos países desarrollados, mostrándose más escéptico que sus Gobiernos. Pero sería vano e irresponsable asistir al desarrollo de los acontecimientos como si se dirimiera una disputa entre una visión más optimista y otra más pesimista sobre el horizonte próximo de la economía española. La vicepresidenta Salgado puede confiar en que el crecimiento del próximo año se acerque más a la estimación sobre la que ha ideado el proyecto de cuentas públicas que al anuncio del FMI. Pero el problema es que el Gobierno no está en condiciones de demostrar que la proyección avanzada por la institución que dirige Strauss-Kahn sea errónea. Ninguna de las tasas apuntadas hasta la fecha -desde el 1,3% del Gobierno pasando por el 0,9% de la OCDE hasta el 0,7% del FMI- parece descabellada. Lo importante es que, aun aspirando a que se cumpla el pronóstico más favorable, Gobierno y demás administraciones tengan el buen juicio de prever un ejercicio menos halagüeño conteniendo el gasto corriente y optimizando las inversiones.