DISCULPAS

Vaya por delante que estoy plenamente de acuerdo con los juicios que han emitido todos los críticos sobre el desacertado arbitraje que sufrió el Cádiz el domingo pasado e, incluso, que estoy convencido de que las decisiones de colegiado influyeron en el resultado final, pero me gustaría dejar claro también mi temor de que esta explicación evite que los técnicos realicen unos análisis críticos más amplios y más profundos para identificar esos otros fallos del equipo amarillo y para tratar de corregirlos cuanto antes. Ya sabemos que este conjunto -igual que todos los demás- es vencible, pero también deberíamos reconocer que, si pretende alcanzar la ineludible meta del ascenso, tendrá que evitar perder los menos puntos posibles. De la misma manera que ha hecho Oli, es seguro que los demás entrenadores estarán estudiando las fortalezas y las debilidades de este equipo con el fin neutralizar los planteamientos previsibles de Risto Vidakovik. En necesario proponer nuevas soluciones que, además de sorprender, hagan que el equipo funcione aunque los adversarios amarren las piernas y nublen la vista de Carlos Caballero; es urgente encontrar fórmulas prácticas para llenar el hueco que este o cualquier otro jugador deje cuando tenga que ser sustituido por lesión, sanción o baja forma. Nosotros confiamos en que el cuadro técnico, tras un análisis autocrítico de este encuentro, preparará a los componentes de la plantilla para que encaren el partido contra el Poli Ejido con mayor realismo y, en consecuencia, con superiores garantías de éxito. Entonces podremos verificar si se notan las ausencias de Cifuentes y Fran Cortés, y comprobaremos la hipótesis de que los cambios hay que hacerlos, sobre todo, en el banquillo para que, como ocurre con las máquinas, se puedan sustituir unas piezas por otras sin que apenas se noten las diferencias en su funcionamiento.