Ricardo Costa regresa a la 'pomada'

Ricardo Costa ya no es el último de la fila, aunque tampoco le han devuelto a la zona de los meritorios. El PP valenciano, tras levantarle la dirección nacional del partido la suspensión de militancia en septiembre, continúa con la rehabilitación del que fuera mano derecha del presidente Francisco Camps. Costa, que llegó a ser secretario general de los populares valencianos, es desde ayer el responsable del área económica del Grupo Popular en las Cortes.

El cambio es sustancial. Pasa de tener como única obligación la de levantar la mano en las votaciones en el Parlamento a defender la propuesta de Presupuestos de la Comunidad Autónoma para 2011 frente a la oposición. Esta restitución también conlleva un adelanto de escaños. El lunes era el diputado 98, pero ayer ya sentó en el escaño 52, justo detrás del portavoz parlamentario, Rafael Blasco -uno de los grandes defensores de Costa en el PP valenciano- y a tiro de piedra del propio Camps -una expresión que dejó de ser una metáfora en las Cortes después de que el portavoz socialista le lanzase un guijarro a modo de alegato bíblico contra la corrupción-.

Se trata del mismo sillón que ocupó en la legislatura de 1999, pero lejos de su destino de primera fila que perdió tras caer en desgracia temporal en el seno de su organización por aquel «malentendido», porque Génova no apartó a Costa por su presunta relación o no con la trama valenciana del 'caso Gürtel', sino porque en una rueda de prensa insinuó que continuaba siendo secretario general cuando la dirección nacional ya le daba por relevado.

Un gesto que la secretaria general, Dolores de Cospedal, interpretó como un desafío a la autoridad de Mariano Rajoy. Camps, que le había defendido hasta ese momento y que negó durante un cónclave del PP regional que fuera a cesarlo, se alineó con la dirección nacional y dejó a su discípulo y más fiel defensor a los pies de los caballos al reclamarle su «dimisión temporal». Solo lo mantuvo como diputado regional.

Políticamente correcto

Todos aquellos nubarrones son agua pasada. Costa adoptó un tono 'políticamente correcto' en sus declaraciones desde que recuperó la militancia. «Agradezco a mis compañeros, al grupo parlamentario y a la dirección nacional del PP que me dejen aportar mi experiencia en un momento de trabajo tan complicado como la defensa de los presupuestos», declaró a este periódico.

No todo ha sido desabrimiento durante su exilio en la parte alta del hemiciclo. «Me ha servido para conocer mejor a Maite Parra -alcaldesa de Ibi-», comentó Costa. De lo que sí ha tenido tiempo en este año como convidado de piedra ha sido para descubrir a sus verdaderos aliados dentro del partido, tanto en Valencia como en Madrid.

El regreso del lugarteniente de Camps tiene una lectura muy diferente para los rivales políticos del PP. La portavoz adjunta del PSPV-PSOE en las Cortes, Carmen Ninet, defiende que el nombramiento de Costa confirma que en el PP «se rehabilita a los sospechosos de corrupción». A Ninet le llama la atención que los populares hayan dado este paso antes de conocerse si las «sospechas de corrupción» que pesan sobre Costa con motivo de la investigación del 'caso Gürtel' derivan o no imputación.