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Navatia se aferra al sector eólico como garantía de futuro
Su presidente asegura que apostar por las plataformas 'off shore' podría garantizar hasta 15 años de trabajo para los astilleros de la Bahía
CÁDIZ. Actualizado: GuardarEl presidente de Navantia, Aurelio Martínez, no decepcionó en su comparecencia ante el sector naval de la provincia en la mañana de ayer, dentro de las jornadas denominadas 'Retos de Futuro', auspiciadas por la Cámara de Comercio y acogidas por la Diputación Provincial. Los presentes volvieron a casa con la sensación de que, efectivamente, hay unos planes para esos retos, que luego deberán pasar por el tamiz del mercado.
En varias ocasiones se había hablado de «diversificación», pero nunca antes Martínez había sido tan claro. El dirigente naval asegura que una apuesta sin condiciones por las eólicas podrían generar hasta 15 años de carga de trabajo para los astilleros de la Bahía de Cádiz.
Sus cálculos se basan, en cualquier caso, en una hipótesis pendiente de confirmar. Para ello se refiere al plan de construcción de 250 plataformas eólicas 'off shore' a nivel nacional. Martínez aboga por que prácticamente la mitad de ellas llegaran hasta la zona del Golfo de Cádiz. A razón de una entrega de aproximadamente una al mes, el tiempo de vigencia del contrato podría prolongarse entre los 10 y los 15 años, en los que el trabajo estaría «asegurado».
De opción a pieza clave
Lo que hasta ahora no dejaba de ser «una opción más», podría pasar a convertirse en una pieza clave. A lo largo de su alocución ante un público que sabía de lo que se hablaba, el presidente de Navantia avisó que «si no se apuesta por la internacionalización y la exportación y a la diversificación, habrá que recurrir a la opción más dolorosa, reducir la capacidad de producción».
No se trata de una visión futura, sino de algo más acuciante, ya que, tal y como valoró, «Navantia está en este momento por encima de su tamaño óptimo», lo que hace que haya que reaccionar sin pausas.
Al margen de molinos de viento, Martínez se detuvo en las acciones comerciales concretas que se están llevando a cabo en el exterior para buscar carga específicamente para la Bahía. En total sería 18, orientadas hacia 13 países, a los que se han presentado 9 ofertas de 6 tipos de buques diferentes.
Respecto a los mercados potenciales, el presidente de Navantia desveló una serie de criterios que se toman antes de fijar a aquellos que pueden considerarse 'clientes objetivos'. Entre esos factores se tiene en cuenta que el país «vaya bien económicamente»; que no tenga problemas presupuestarios; que no acumule mucho déficit público; y que no atesora un excesivo margen de riesgo financiero.
Respecto a los barcos que el mercado a a demandar en un futuro próximo, Martínez vaticinó que «el 50% de ellos serán pequeños».
Muchos pusieron sobre la mesa la opción del levantamiento de las restricciones para la construcción en el sector civil por las que pasa Navantia. Su máximo dirigente fue categórico: «Si queremos resultados razonables, seguiría apostando la opción militar, es mucho más competitiva que la civil», zanjó.
Se presenta como imposible llegar a rivalizar con países que aportan, según especificó, «un bajo valor tecnológico, una mano de obra no cualificada y una política de 'subvenciones cruzadas' entre países».
Varias constataciones lo refrendan. «Que el mercado ha tocado fondo en la parte civil es algo clarísimo, mientras que por lo que se refiere a la Defensa se está produciendo una dilación de los plazos», hace una fotografía del paisaje, de la que no se retira la preocupación: «Nos cuesta firmar convenios que antes parecían hechos», confesó.
En plena crisis, Martínez lanzó un aviso para navegantes: «Hay que prepararse para los ciclos 'malos', porque a partir de ahora serán más difíciles de recuperar, debido a la actual competitividad existente en el mercado», quiso advertir.
En concreto, explicó que la actividad cíclica del mercado español se prolonga a lo largo de 13 años, en los que se recogen 5 de alta demanda y otros 6 ó 7 posteriores en los que se detecta ese 'valle' sobre el que entiende que hay que trabajar.
«Felicidad» por los BAM
De todos modos, se felicitó de la segunda entrega de Buques de Acción Marítima (BAM) recientemente confirmada. «Es un esfuerzo enorme, que tengo que agradecer», mostró. Según adelantó, los BAM aportarán 3 millones de horas de trabajo y faena «para 3 ó 4 años». «Es una de las noticias más importantes desde que estoy en el cargo», valoró el presidente de Navantia, quien detalló que habrá ya una partida en los Presupuestos de más de 30 millones para 2011.
El valor del «arrastre»
Para el responsable de Navantia, los efectos no sólo se notarán en la industria matriz. En varias ocasiones recalcó la «capacidad de arrastre» que genera el sector naval. Y lo hizo con una cifra concluyente: «Cada euro que se invierte, 'arrastra' 3,4» describió dentro de los efectos de una economía a escala.
A este tenor, valoró cómo dentro de la estructura de la empresa, «la importación supone poco», lo que genera un plus que a su vez repercute en ese mismo «arrastre».
En breve se producirá un giro en este sentido, ya que Martínez adelantó que se optará por un sistema de colaboración con las empresas locales «a más largo plazo», para lo que se tomará como referencia el modelo de la industria aeronáutica. De este modo, se pretende «ir fidelizando a los suministradores por un espacio de tres o cuatro años».
La industria auxiliar se verá beneficiada, por tanto, de una fórmula que vendrá determinada, según se aseguró, «por una mayor fidelidad y continuidad» en la relación.
Más allá de cifras generales, el portavoz de Navantia se ubicó en Cádiz, donde entre puestos directos e indirectos, se estaría generando un 3,1% del empleo de la provincia (con 12.677 empleos) y un 2,48% de su valor añadido.
Martínez explicó que en la actualidad en Navantia «se exporta más de la mitad de lo que se produce», lo que le convierte en «una de las empresas más exportadoras del país», a lo que sumó el hecho de que estos trabajos se llevan a cabo «con tecnología española». Como dato ejemplificador citó los 108 millones de inversión en I+D+i. que sitúa a la empresa como la tercera en estos niveles de toda España.
Por lo que se refiere a las características del producto que sale de las factorías, el presidente asumió un elemento: «Somos caros, pero es algo que se debe al alto contenido tecnológico y a que estemos brindando la posibilidad de hacérselo 'a medida' al cliente».
Cuando en su charla se adentro en el apartado del «Qué queremos ser», Martínez reincidió en esa versatilidad: «No sólo tenemos que ser capaces de integrar nuestros propios sistemas, sino también todos aquellos que nos puedan pedir desde fuera», avaló el camino.
En cualquier de los casos valoró una seña de identidad como básica: «Garantizar el más alto nivel tecnológico es vital para nosotros», fijo como norma de procedimiento. «Necesitamos ser sofisticados», lo resumió en pocas palabras.