Economia

El FMI cree que el sistema financiero es el «talón de Aquiles» de la recuperación

La institución dice que los problemas no han terminado y urge a acelerar procesos de reordenación como el de las cajas de ahorros

MADRID. Actualizado: Guardar
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«El sistema financiero mundial se encuentra aún en un período de significativa incertidumbre y sigue siendo el talón de Aquiles de la recuperación económica». Ese es el mensaje de cautela enviado ayer al mundo por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su Informe sobre Estabilidad Financiera Mundial, en el que la institución subraya que la incertidumbre ha ganado terreno de nuevo debido a los recientes problemas de deuda soberana en algunos países de la periferia europea. El FMI reclama no bajar la guardia en los procesos de reestructuración como el abierto en España para las cajas de ahorro, que entiende imprescindibles para que la confianza, y por ende el crédito, vuelva a fluir con normalidad.

Las cosas avanzan bien, aunque peor de lo que se preveía hace unos meses. Este es el resumen más directo de la filosofía expuesta por el FMI, que no tiene todas consigo sobre el ansiado repunte de la economía. Y es que, apunta, la crisis de deuda en Europa (Irlanda, Grecia, Portugal y, sí, también España) ha puesto de relieve «la mayor vulnerabilidad de los balances bancarios y soberanos».

Explica el FMI que la presión de la deuda se transmitió al sistema bancario e incrementó «la probabilidad de una coincidencia nefasta de contracción del crédito, desaceleración del crecimiento y debilitamiento de los balances». En el polo positivo, el organismo reconoce que las medidas puestas en marcha por las autoridades -incluida la publicación de los test de estrés- han contribuido a suavizar en parte los problemas. Aún así, subraya, «las condiciones siguen siendo frágiles».

Así las cosas, el FMI urge a las autoridades a afrontar las siguientes «reformas críticas»: la recapitalización de entidades, si fuera necesaria; fortalecer los fundamentos soberanos; y mejorar la supervisión tomando como base los dictados de Basilea III. En este sentido, el informe señala también como necesaria una aplicación «rigurosa» y rauda de los planes de ajuste en aquellos mercados -como el español de las cajas de ahorros o los bancos de los lander alemanes, añade- en los que existe una declarada sobrecapacidad financiera. «Los bancos de segunda categoría y los de los países cuyos diferenciales soberanos se encuentran aún sometidos a presión continúan teniendo apenas acceso limitado a los mercados mayoristas (en los que se financian las propias entidades) y deben hacer frente a costos cada vez mayores», apunta el FMI, que advierte de que será necesario prorrogar los sistemas de ayuda.

Y es que, apunta el FMI ya en una visión global del asunto, los países avanzados enfrentan un reto enorme debido a la «yuxtaposición de una recuperación más lenta, refinanciaciones de deuda más elevadas y un sector financiero que aún no se ha recuperado». Frente a esto, explica, los países emergentes han demostrado ser muy resistentes a las tensiones soberanas y bancarias.

Para evitar problemas (el organismo recuerda que, por ejemplo, la banca afronta en los próximos dos años la refinanciación de cuatro billones de dólares) propone el otorgamiento de garantías nacionales y supranacionales que sirvan de respaldo al sistema. El FMI pone especial atención a la vigilancia de los mercados mayoristas, para los que reclama políticas que agilicen los procesos y reduzcan los riesgos sistémicos «para evitar que los problemas de liquidez se conviertan en problemas de solvencia».

En el caso estadounidense, resalta el FMI, las aparentemente reducidas necesidades de capital de los bancos esconden el soporte que han recibido de empresas semiestatales o, directamente, de los gobiernos. Esto pone de relieve, dice, «en qué grado el riesgo se ha trasladado de los balances privados a los públicos».