El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, escucha una pregunta, ayer, durante una entrevista radiofónica. :: EFE
ESPAÑA

Zapatero frena y espera a los sindicatos

Ofrecerá a los agentes sociales negociar la regulación de los ERE's, las bonificaciones y los descuelgues de convenio Congela de momento su agenda de reformas hasta que «se tranquilicen las aguas» tras la huelga general

MADRID. Actualizado: Guardar
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La huelga del pasado miércoles no modificará la reforma laboral, pero el Gobierno ya ha asumido que le obligará a congelar por un tiempo su agenda de reformas. José Luis Rodríguez Zapatero aseguró ayer que espera «una señal» de los sindicatos para recuperar el diálogo social. Según fuentes próximas al jefe del Ejecutivo, en la práctica, cabe esperar que los siguientes Consejos de Ministros sean tan anodinos durante el mes de octubre como el de este viernes.

El Gobierno quiere dar un tiempo a los agentes sociales antes de llamarles a la mesa de negociación para evitar una imagen de pasteleo que, por lógica, no podrían entender ahora sus bases y menos aún aquellos que salieron a la calle el pasado miércoles. «La foto que este jueves protagonizó la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, con el secretario general de UGT, Cándido Méndez, en los estudios de la cadena Ser no entra precisamente en ese guión. Fue, a juicio de algunos dirigentes, un gesto equivocado y equívoco. Pero en el medio plazo sí hay voluntad de diálogo.

No queda otra porque, como admiten en el Ejecutivo, los sindicatos son importantísimos «canalizadores del voto de izquierdas» y, pese al discutible éxito de la huelga, aún poseen una capacidad de movilización con la que los dos partidos mayoritarios no podrían soñar. Aunque sólo sea porque su número de afiliados es casi ocho veces mayor que el de PP y PSOE.

Decir que el 29-S ha sido inocuo para el Ejecutivo es, pues, mucho decir. En la reunión del Consejo de Ministros ayer fue, junto a los Presupuestos Generales, y según fuentes gubernamentales, uno de los principales temas de debate.

Baza negociadora

Una de las principales bazas con las que jugará el Gobierno para recuperar la confianza de los agentes sociales -los reglamentos de la reforma laboral- ya ha sido despreciada por los líderes sindicales, pero Zapatero tratará de convencerles de que a través de ellos es posible introducir mejoras y garantías para evitar usos abusivos de la ley.

Entre las regulaciones clave se encuentran las de los Expedientes de Regulación de Empleo por causas económicas que, conforme a la nueva legislación, facilitan el despido objetivo con tan sólo veinte días de indemnización. «Evidentemente no se va a cambiar la letra de la ley, pero los reglamentos sí pueden delimitar qué es lo que se entiende por pérdidas previstas o cómo habría que acreditarlas», explican en La Moncloa.

También entra en el paquete la regulación de las bonificaciones de la cuota empresarial a la Seguridad Social para incentivar la contratación indefinida. Según las citadas fuentes, el Gobierno estaría dispuesto a condicionarlas a que la empresa que quiera beneficiarse de ellas no rebase en el total de su plantilla un porcentaje determinado de contratos temporales, pactado con los sindicatos.

En la reciente reforma laboral se modificaron también los criterios de flexibilidad interna de las empresas y la posibilidad de descolgarse de los convenios colectivos mediante un acuerdo con los trabajadores. En el Ejecutivo sostienen que reglamentariamente se puede acordar la «cuota de poder» que tendrían los sindicatos en esos procesos.

En todo caso, al Ejecutivo no se le escapa que en la ecuación para volver a trabar una relación fluida con los agentes sociales entra el hecho de que el próximo mes comenzarán su proceso electoral, lo que obliga, dicen, a escenificar un mayor grado de exigencia hacia las políticas gubernamentales.

Zapatero dijo ayer en RNE que esperará a que «se calmen las aguas». En todo caso, fijó la designación de un nuevo ministro de Trabajo en sustitución de Celestino Corbacho, a mediados de octubre, como fecha orientativa para dar un paso al frente, siempre que la contraparte haga propuestas concretas.