A mi cuñado Pedro Vega

Hace pocos días nos dejaste para reunirte con Dios y todos los de la familia. Nos has dejado un dolor inmenso en la familia y te vamos a echar mucho de menos, porque eras una persona buena, amable, amigo de los amigos y, sobre todo, con un corazón que no te cabía en el cuerpo. Tu cuñado Rafael y yo te queríamos como a un hermano mayor, pues los viejos recuerdos no se olvidan nunca y por eso te tendré siempre en mi corazón. Has dejado a tus hijos, Joaquín, Juani, Angelita y a tu esposa que no te olvidarán nunca por lo buen padre que has sido y haber estado en todo momento ayudándolos en todo lo que podías. Y más a tus nietos, que adorabas. Ya que estás junto a Dios, pídele que tenga compasión de nosotros, nos dé salud para poder llevar tu pérdida con ánimo y que nos esperes allí todo el tiempo posible.