Quienes acudieron a hacer gestiones comprobaron los efectos. :: A. J.
Ciudadanos

Los servicios mínimos municipales sufren el paso de los huelguistas

Los funcionarios se encontraron bloqueada la entrada, folletos tirados por el suelo, y los equipos informáticos regados con la espuma de los extintores

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En una jornada marcada por la bajada y subida de barajas y el unánime seguimiento en las grandes factorías, el único percance de consideración se produjo en el Centro Administrativo Municipal, en el que se mantenían servicios mínimos para la atención al ciudadano.

Los funcionarios que se disponían a afrontar su jornada de trabajo se encontraron primero con la cerradura bloqueada. Una vez dentro, y pasados unos minutos, el polvo de los extintores terminó vaciándose sobre suelo, mesas, monitores y alguna fotocopiadora.

También se esparcieron los dípticos de la exposición que se mantiene en el patio, y en una mesa se dejaron vasos de café de una máquina que quedó fuera de servicio.

Los piquetes comenzaron a las nueve del martes, para informar a los que entraban al turno de noche. Nadie acudió a la obra del segundo puente, y en la rotonda cercana, la Policía Nacional y la Guardia Civil vigilaban la barricada dispuesta, finalmente retirada. Los trabajadores se encargaron de comprobar, listado en mano, que sólo cruzaran la barrera humana los servicios mínimos de Navantia, fijados en 57 personas entre los tres turnos.

Quienes desistieron lo intentaron por la entrada a la altura de los almacenes de Supersol, donde se prendió fuego a algunos materiales. Esto hizo que acudieran dos camiones de bomberos, sin ninguna intervención considerable.

En Airbus se alcanzó un 98% de seguimiento, extensivo al polígono donde se asientan empresas como Gadir Solar y Alestis. En Tres Caminos los sindicalistas hablaron de «casi un 100%», si bien hubo naves que mantuvieron a empleados en su interior, a puerta cerrada, como la de Urbaser, concesionaria de la basura de San Fernando.

En el centro, el Mercado de Abastos permanecía entreabierto, pero ningún detallista acudió a ofrecer su mercancía. La recogida de basuras no funcionó, y el reducido transporte urbano llegó a acumular retrasos de hasta una hora.

En el sector comercial, hubo quien sólo mantuvo sus barajas bajadas al paso del piquete, o permaneció en la puerta, influidos también por la escasa clientela, solo contrarrestada por la gran afluencia a algunas cafeterías y bares.

Se vivieron momentos de tensión ante algunos supermercados (a los que acudieron antidisturbios) y bancos, sin que se registraran percances de consideración.