![](/cadiz/prensa/noticias/201009/30/fotos/3416984.jpg)
«Nos sentimos impotentes, hemos recibido una bofetada que iba para el Gobierno»
La patronal pide una norma que regule la presión sindical y asegura que «donde hubo huelga general, no hubo libertad»
CÁDIZ. Actualizado: GuardarA la vez que los piquetes emprendían el camino hacia los puntos estratégicos de la provincia, la patronal gaditana se atrincheraba en su sede para «ofrecer apoyo a los empresarios, para que se sintieran amparados», como resumió el vicepresidente ejecutivo de la Confederación de Empresarios de Cádiz, Javier Sánchez Rojas. Desde las seis de la mañana hasta las ocho de la tarde, diez técnicos de la CEC, capitaneados por el vicepresidente ejecutivo, estuvieron ofreciendo y recabando información de las 150 organizaciones empresariales incluidas en esta amplia confederación. Al final de la jornada la valoración era clara: «Hemos recibido una bofetada que no iba dirigida a nosotros, sino al Gobierno», resumió Sánchez Rojas.
Los empresarios terminaron el día con una «sensación agria, de tristeza e impotencia» porque no creían ser el centro de unas reivindicaciones, «motivadas por primera vez, no a un acto del Gobierno, sino a una ley aprobada por el Parlamento», según explicaron desde la patronal. En cualquier caso, desde la CEC apuntaron que el 96% del tejido empresarial de la provincia está formado por pequeñas y medianas empresas y autónomos. «A estos últimos y a las microempresas del sector comercial, por ejemplo, se les ha obligado a cerrar cuando muchos no tienen ni trabajadores a su cargo. ¿Por qué la han emprendido con los propios trabajadores? Me consta que el 90% de los autónomos ha trabajado a puerta cerrada», explicó Sánchez Rojas.
Los representantes de la patronal se mostraron especialmente ofendidos con la actitud de los piquetes informativos. Reivindican que el Gobierno legisle para controlar a estos grupos «de la misma manera que hay una Ley Electoral que dice que el día antes no debe haber información, debería regularse la existencia de estos piquetes 'informativos', por llamarlos de alguna forma».
Desde la CEC argumentaron que los sindicatos han tenido cuatro meses para informar a los trabajadores y que han utilizado para ello todos los medios disponibles: prensa, radio, televisión, Internet, globos aerostáticos, avionetas. Y por eso no encuentran justificado que haya «grupos de cien personas recorriendo la calles del centro de cada ciudad, porque centenares de microempresas no han podido ejercer su derecho de abrir su negocio. Muchos se sentían amenazados», concluyó Sánchez Rojas. Asimismo, criticó que «un piquete de mil personas» se presentara a las puertas de El Corte Inglés para exigir el cierre. «¿Eso es un piquete?», cuestionó el representante de los empresarios gaditanos, quien apuntó que ayer vio unas imágenes de una comerciante del centro de Cádiz «hablando con cien personas, en una situación de total desprotección, porque no llegan preguntando la hora. Eso no tiene ningún sentido», concluyó Javier Sánchez Rojas.
Desde la patronal se mostraron muy disgustados con las formas de la Huelga General pero tampoco mostraron un respaldo a «una reforma laboral que apuntaba en buena dirección pero que no ha conseguido sus objetivos», argumentaron desde la Confederación de Empresarios, «puesto que el abaratamiento del despido no era el fin. El resultado ha sido que hay un 70% del personal ultra protegido y un 30% sin ningún tipo de protección alguna». Sánchez Rojas recordó que el empresariado se acoge a los tipos de contrato que existen y pidió que se persiga a quienes hacen fraude «porque nos perjudican a todos».