Batalla campal en Barcelona
Los 'antisistema' destrozan el mobiliario urbano y se enfrentan a la Policía, que detuvo a 24 radicales
BARCELONA. Actualizado: GuardarHasta la hora de comer, la huelga general en Cataluña transcurrió de una forma más o menos apacible, con un escrupuloso cumplimiento de los servicios mínimos y sin incidentes destacables, salvo la acción violenta de un grupo de piquetes informativos que descargó su ira contra los autobuses de Barcelona. Pero hacia las 14.00 horas, la jornada de paro, que hasta ese momento había tenido un perfil bajo, se enconó y convirtió las calles de Barcelona en un campo de batalla. La Policía registró 24 detenciones, todas ellas por desorden público, daños o agresiones a agentes.
Los disturbios más graves se produjeron en el centro de la capital catalana. Todo comenzó en los alrededores de la plaza Universidad, cuando un grupo de piquetes informativos, integrado por miembros de la anarquista CGT y por activistas 'okupas' y antisistema, quemó un coche de la Policía Municipal. Estos alborotadores formaban parte de unos 700 manifestantes que recorrían la ciudad a modo de marcha alternativa para convencer a los comerciantes para que cerraran sus tiendas.
Sin embargo, la tomaron con el mobiliario urbano, como semáforos, macetas, papeleras, farolas y cabinas, lo que provocó la intervención de los Mossos d'Esquadra. Los jóvenes levantaron barricadas en varias calles y los enfrentamientos con la Policía y las carreras se prolongaron hasta las 15.30 horas.
Justo a esa hora, los disturbios se desplazaron unos pocos metros, hasta la plaza de Cataluña, donde los Mossos empezaron a expulsar por la fuerza al centenar de 'okupas' que permanecían desde el 25 de septiembre en el interior de la antigua sede de Banesto, como acto de protesta por la situación del mercado laboral. Los activistas se resistieron al desalojo, arrojando piedras y botellas contra los agentes, acción que fue repelida con fuertes cargas policiales.
Veinte furgonetas antidisturbios acordonaron la zona y los enfrentamientos se trasladaron a los alrededores del edificio, entre la plaza Cataluña y el paseo de Gracia, donde 200 jóvenes se enfrentaron a la policía catalana mientras arrasaban con todo lo que se encontraban al paso y gritaban lemas que iban más allá del rechazo a la reforma laboral. «El problema no es la crisis, es el capitalismo» o «Cabreo organizado, fuerza colectiva», coreaban.
Cierre de estaciones
Todo ello ante la atenta y sorprendida mirada de cientos de turistas que, como un día normal, paseaban y disfrutaban al sol de las decenas de terrazas que hay en el lugar más visitado de la ciudad. Las algaradas obligaron a cerrar las estaciones de metro y tren de la plaza Cataluña y paseo de Gracia. Entre los damnificados por los disturbios, unidades móviles de las radios Rac1 y Com Ràdio y de la cadena autonómica de televisión TV3, que sufrieron daños durante los incidentes. A lo largo de la tarde, la Policía catalana trató, sin éxito, de dispersar a los manifestantes violentos.
Los sindicatos mayoritarios de Cataluña, UGT y CC OO, se desmarcaron de los disturbios provocados por los grupos antisistema. «Condenamos los actos violentos provocados por una minoría que nada tiene que ver con los sindicatos convocantes de la huelga general», dijeron.
Una jornada de paro, por su parte, que tuvo una incidencia desigual en la comunidad catalana y que hasta el violento colofón había transcurrido dentro de la normalidad. El seguimiento de la huelga en Cataluña se dejó notar con fuerza en la industria, instalada en el área metropolitana de Barcelona, y grandes empresas como Seat, Nissan, Johnson Controls, Sony, ABB, Pirelli, General Cable, Solvay, Celsa, Sun Chemical, Torras Papel, Cobega, Danone y Makro no pudieron abrir. Tampoco el mercado central de abastos Mercabarna, que a primera hora de la mañana vivió momentos de tensión cuando los piquetes levantaron barricadas de fuego.