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Rajoy da por «finiquitada» la legislatura y lamenta que le «sobre un año»
El presidente de los populares reconoce que «no le gusta» lo que ha pasado en Valencia, pero ratifica a Camps como candidato
MADRID. Actualizado: GuardarMariano Rajoy defendió ayer que la solución a la actual crisis económica en España pasa por «unas elecciones generales». El líder del PP, que inauguró el nuevo ciclo de conferencias del Foro ABC, se mantuvo fiel a este argumento, que ya defendió en el Debate del estado de la Nación de julio, pese al reciente acuerdo presupuestario entre PSOE y PNV que, al menos en teoría, allana el camino a José Luis Rodríguez Zapatero para completar su segundo mandato.
El dirigente popular dijo creer «firme y honradamente» en la necesidad de este adelanto electoral porque esta legislatura «está finiquitada» y, por lo tanto, «le sobra un año». Confesó además que «ya está cansado» de hablar de Rodríguez Zapatero.
Citó, como principal argumento para forzar la salida del presidente del Gobierno, su falta de «criterio económico». «Nunca ha tenido un plan, ni para hacer frente a la crisis ni para salir de ella», acotó.
También echó en cara al Ejecutivo socialista que, en contra de su programa electoral, «haya impuesto a la sociedad española el mayor recorte social de la democracia».
Rajoy expresó ayer por primera vez su temor, aunque ya lo habían hecho dirigentes de su partido, a que el acuerdo entre socialistas y nacionalistas vascos en el Congreso «pueda poner en serio riesgo» el principio de caja única de la Seguridad Social y el Pacto de Toledo. El jefe del principal partido de la oposición anunció que para evitar riesgos futuros presentara un proyecto de ley para «blindar» la caja única y evitar, de esta manera, «la desmembración de uno de los pilares de la política social española». Recordó, al hilo de esta propuesta, que el Tribunal Constitucional ya sentenció en 2002 que «la Seguridad Social, incluida su gestión y recaudación, son una competencia exclusiva del Estado». A la pregunta de que si esta 'entente cordiale' entre PSOE y PNV derivara en una ruptura entre Antonio Basagoiti y Paxti López en el Gobierno vasco, respondió: «Nosotros somos un partido serio que cumple con lo pactado y no hacemos pactos cada seis meses». Abundó al respecto que el PP vasco pactó «políticas y no cargos», por lo que seguirá hasta el final si esas políticas -en especial la antiterrorista- no varían.
Rajoy intentó explicar las diferencias entre el paso dado por PSOE y PNV para sacar adelante los Presupuestos Generales del año que viene y el que dio José María Aznar en 1996, cuando pactó con los nacionalistas catalanes y vascos para poder gobernar. Resaltó que, a diferencia de Zapatero, Aznar «sí» detalló en su debate de investidura en qué iba a consistir dicha conciliación y que se vio abocado a «hacer suyas» algunas propuestas nacionalistas que no iban en su programa de gobierno y de las que dio debida cuenta a la Cámara Baja y a la opinión pública. Por todo ello, el PP ha pedido la comparecencia del jefe del Ejecutivo en el Congreso para que explique «exactamente el contenido y los límites» del contrato parlamentario suscrito con PNV.
«Deprimentes»
Rajoy, además, tachó los Presupuestos Generales para 2011 de «deprimentes» y de generar «desesperanza y resignación». Situó al PP en el extremo opuesto de esa forma de gobernar. «Encarnamos el cambio que reclama esta sociedad: es sencillamente la revolución de las cosas bien hechas, el regreso a la seguridad y a la confianza», remachó.
Rechazó las críticas que proceden desde diversos sectores, incluido su partido, sobre la «poca contundencia» que exhibe el jefe de la oposición en un momento tan crítico del Gobierno. «La ansiedad -sentenció- nunca ha sido buena consejera».
A Rajoy le incomodan las preguntas sobre asuntos internos, sobre todo porque considera que son cuestiones que «aburren» a los ciudadanos, cuyas prioridades son solventar la crisis y fomentar el empleo. Pese a ello, respondió a dos preguntas que se han convertido en clásicas en sus últimas apariciones: el futuro de Francisco Camps y el de Francisco Álvarez Cascos. Sobre el gobernante valenciano indicó que «obviamente no le habían gustado» algunas cosas de las que han pasado en esa comunidad -en alusión a los presuntos casos de corrupción- pero ratificó con una claridad inusitada que «Camps será el candidato» del PP en 2011.